En la famosa edad media, los jardines herméticos buscaban representar el paraíso en la tierra y albergar ritos de iniciación en sociedades secretas. Bosques, grutas, cabañas, cascadas, lagos, esculturas, puentes y canales navegable son algunas de las características de estos espacios. Todos construidos por los antiguos nobles del Siglo XVII en Europa.
Lo que hace a un jardín de dichas características adquirir categoría de hermético, son las claves y códigos ocultos que se encuentran al interior de estos lugares y que solo los iniciados o los estudiosos de sociedades secretas como la sociedad de la niebla que incluyó entre sus miembros a Delacroix (pintor) y al escritor Julio Verne.
Los jardines herméticos más representativos en Europa
Los antiguos arquitectos crearon magníficos jardines repletos de elementos cargados con un profundo simbolismo. Muchos ellos como el Hortus Palatinus en Alemania han desaparecido casi completo. Aunque todavía sobreviven algunos donde es posible relajarse e ir más allá de la ensoñación. Estos jardines herméticos son lugares iniciáticos que favorecen la trasmutación del alma.
El Parque El Capricho, es el más representativo, es un gigantesco jardín de 14 hectáreas en el área metropolitana de Madrid, dentro de la Alameda de Osuna y al que se llega de forma muy sencilla gracias a la estación del metro El capricho de la línea 12. Se dice que se comenzó a construir entre 1787 y 1839. Debido a que la duquesa de Osuna, rivalizaba con el rey de España. Fue por lo que decidió crear un jardín que fue rivalizado con la belleza y ostentación de los jardines reales.
La duquesa mando a construir canales como los de Venecia, cascadas, grutas, pirámides y una complicada serie de esculturas colocadas todas con una finalidad específica, que era la de esconder un mensaje iniciático escondido en cada uno de sus elementos. Su nombre completo era María Josefa de la sociedad Alfonso-Primentel y Téllez-Girón 1752-1834, fue una mujer con muchísimo más conocimiento que cualquier aristócrata de su época.
