El demonio sabueso de Mons.

Durante la primera guerra mundial en Europa se dieron muchos casos de avistamientos paranormales y seres espectrales. El más notable fue el caso de la La Batalla de Mons, donde los soldados veìan a un terrorífico perro que asesinaba a los soldados durante la noche en las trincheras.

EL MISTERIO DE PARRAVICINI

Ocupó diversos cargos en el Departamento Municipal de Arte de Buenos Aires; Nada particularmente memorable ni excepcional sobre su vida social y profesional. Era una persona tranquila, discreta y amable. Llevando una vida de bajo perfil, habría permanecido casi totalmente desconocido para el mundo si no fuera por el hecho de que tenía el extraño don de poder mirar hacia el futuro.

Contrariamente a lo que algunos en Argentina y en otros lugares nos harían creer, fiel a su estilo modesto, Benjamín Solari Parravicini nunca dijo que tuviera “visiones místicas” ni que el futuro le apareciera como una zarza ardiente de inspiración divina.

Nada de eso: se sentiría repentinamente inspirado por un sentimiento, y su Ángel Guardián le enviaría uno de los muchos “mensajes” que se sintió obligado a dibujar con lápiz o carbón en las formas más simples; principalmente como una sola línea continua que produce una imagen a menudo bastante ingenua, a la que agregaría su “explicación” escrita.

De esta manera, Benjamín Solari Parravicini formó y configuró más de 700 “mensajes” proféticos que se relacionan principalmente con eventos trascendentales y dramáticos que afectan el mundo de su tiempo y después de él, muchos de los cuales se centran en su Argentina natal.

La mayoría de estos mensajes le fueron revelados en las décadas de 1940 y 1950, pero continuó recibiendolos hasta poco antes de su muerte en la década de 1970. Como con la mayoría de las tradiciones proféticas, tanto las imágenes como la prosa son, en su mayor parte, enigmáticas. Esto es hasta que los eventos que pasan hacen que se vuelvan más claros, a menudo muy claros.

Tal es también el caso con otras publicaciones proféticas como los cuadrantes de Nostradamus, las profecías papales de St. Malachy of Armagh en Irlanda, y de otros sabios más modernos desde Edgar Cayce hasta Jean Dixon.

Lo interesante de Benjamín Solari Parravicini es que cada mensaje lleva un dibujo esquemático visual simbólico que habla principalmente de nuestras emociones e intuición, mientras que la prosa escrita, que normalmente se establece después de él cuando está completamente despierta, habla más de nuestro intelecto. Sin duda, una buena combinación para la mentalidad de hoy, donde nuestra visión del mundo de la realidad está muy inclinada hacia el intelectual.

Benjamín Solari Parravicini nos brinda una evaluación más equilibrada de estos mensajes tanto en su contenido inconsciente, tal vez mensajes del Inconsciente Colectivo, como en la forma en que sintió que podrían estar “alineados” intelectualmente para tener sentido en el “mundo real” de hoy.

Así, con el tiempo, se descubrió que sus “psicografías”, como las llamaba imágenes y textos, predecían muchos eventos altamente dramáticos del mundo moderno: la caída de Hitler y Mussolini después de la Segunda Guerra Mundial, el ascenso de Castro en Cuba, las comunicaciones por satélite , la destrucción de las Torres Gemelas del World Trade Center en la ciudad de Nueva York, los trasplantes artificiales de corazón, la bomba atómica …

Muchos de los mensajes de Benjamín Solari Parravicini se refieren a Argentina, para la cual en 1971 imaginó miserias y contratiempos a nivel nacional; vio caer una gran catástrofe y fue tan lejos como para advertir que Argentina sufriría su propia “Revolución Francesa”, que podría hundirla en una grave agitación, a menos que los argentinos reconocieran y aceptaran a “El Hombre Gris” que, con suerte, algún día volverá a poner a Argentina en el El camino correcto del que se ha desviado tan lejos. Si eso finalmente sucede, entonces él ve a Argentina y a América del Sur en general como un “faro para todo el mundo” después de las catástrofes venideras de orígenes artificiales y naturales que muchos imaginaron.

Mucho se ha escrito sobre lo que quiso decir con “El hombre gris”. ¿Un reformador social o político desconocido? ¿Una metáfora para la clase media? ¿El hombre y la mujer trabajadores comunes? Nadie lo sabe, aunque en la decadente Argentina de hoy una cosa es segura: ¡esta figura política reformadora definitivamente no se ha presentado todavía!