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sábado, 4 de noviembre de 2017

Las dos torres misteriosas

Son muchas las leyendas que se ciernen sobre la finca conocida como las dos torres, cuyo nombre viaja de boca en boca por la intriga que lo envuelve. La hacienda, enclavada en el municipio de Benahadux, fue erigida en 1868 por deseo de Bernardo Campos Rambaud, siendo reconstruida casi setenta años después, cuando un incendio provocado por unos bandoleros la dejo en mal estado.

Bernardo Campos fue un almeriense muy importante y adinerado. Además de ocupar la alcaldía de la capital durante un tiempo, fue un prospero hombre de negocios que quiso agasajar a su novia. Ana Medina Ximenez, con aquella imponente finca. Allí habitaría después unas de las hijas del futuro matrimonio, Dolores Campos.

La primera tradición de carácter misterioso se relaciona con una de las hijas de Nicolás y Dolores, aquella que llamaban Lolita. Según la leyenda, a esta niña la llamaban "la loca de la torre", ya que sufría ataques de esquizofrenia que la llevaban a ser encerrada en una de las torres. Querían evitar que hiciera daño a alguien en ese estado, en el que gritaba y gesticulaba como si estuviera poseída por mil demonios, siendo alimentada a través de agujero en la pared.

Otros pasajes apocrifos de la finca son igualmente desagradables. Se dice que allá por al año 1936, una mujer murió en un nuevo incendio en la mansión. Incluso hay quien cuenta que otros de los inquilinos, al descubrir a su hija manteniendo una relación sexual con su primo, prendió la habitación donde ambos se amaban, quedando la chica completamente desfigurada. También se habla de que un trabajador que, cambiando el cristal de un ventanal, cayó al vacío y murió en el acto.


Todo ello parece haber derivado en la presencia de fenómenos paranormales verificados por numerosos testigos, los cuales han oído gritos y ruidos en mitad de la noche, hasta el clásico sonido de arrastrar de cadenas. Incluso hay quien dice que en la zona donde se sitúa el panteón-capilla de la familia construido en 1890, se producen apariciones de las almas de aquellos allí enterrados. 

El caso del OVNI gigante de Pontevedra

El investigador español Carlos G. Fernández investigó un sorprendente fenómeno que dejó boquiabiertos a unos aficionados a la astronomía que se encontraban viendo las <<lagrimas de San Lorenzo>> el 13 de agosto de 2016 desde la playas de A Lanzada, en Pontevedra. <<Era como una nube de color verde y en el interior había como un torno a un centenar de luces rojas, verdes y algunas azules>>, comienza explicando el responsable de Astronomía O Grove y testigo del fenómeno, Isaías Muñoz. Unas 40 personas pudieron ver el fenómeno, incluso a través de telescopios. Tenía forma de nube alargada, aunque con más concentración de luces en uno de sus extremos.

 Los testigos calculan que medía entre 20 y 30 metros de ancho y uno de alto, y estaba situado a unos 50 de altura sobre una rotonda que se encuentra a otros tantos metros del punto de observación. El conjunto se movió primero hacia el norte, muy lentamente para luego regresar al punto de origen. Finalmente se alejo en dirección a Cambados. Un taxista, Martín Castro, pasó prácticamente por debajo y coincide en la descripción, aunque desde su punto de observación se veía <<redondo, con dos partes diferenciadas>>. Desgraciadamente, la tenue luminosidad del fenómeno impidió captar ninguna instantánea. A raíz de un debate sobre este suceso, que se inició en las redes sociales, surgieron nuevos datos que podrían ofrecer una explicación. 

Esa misma noche se celebró un cumpleaños en la vecina población de A Revolta -situada a unos pocos cientos de metros del avistamiento-, en el que se soltaron 400 globos de helio iluminados con leds, según publicó el rotativo Faro de Vigo. Sin embargo, el saco está lejos de cerrarse porque han empezado a surgir nuevos testimonios de OVNIS esa misma noche. Por ejemplo, una persona escribió en un web de astronomía que su padre y varios amigos vieron desde Trives (Orense), unas luces que se pararon en seco, dieron un giro de 180° y desaparecieron a una enorme velocidad.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Las observaciones de Hubble ponen más dudas sobre cómo se formaron los cúmulos globulares.



Gracias al Telescopio Espacial Hubble de la NASA / ESA, algunos de los residentes cósmicos más misteriosos se han vuelto aún más desconcertantes. Las nuevas observaciones de cúmulos globulares en una pequeña galaxia muestran que son muy similares a los que se encuentran en la Vía Láctea, por lo que deben haberse formado de manera similar. Una de las principales teorías sobre cómo se forman estos conglomerados predice que los cúmulos globulares solo deberían encontrarse enclavados entre grandes cantidades de estrellas viejas. Pero estas viejas estrellas, aunque abundan en la Vía Láctea, no están presentes en esta pequeña galaxia, y por lo tanto, el misterio se profundiza.

Los cúmulos globulares (grandes bolas de estrellas que orbitan los centros de las galaxias, pero pueden estar muy lejos de ellos) siguen siendo uno de los mayores misterios cósmicos. Alguna vez se pensó que consistían en una sola población de estrellas que se formaron todas juntas. Sin embargo, la investigación ha demostrado que muchos de los cúmulos globulares de la Vía Láctea tienen historias de formación mucho más complejas y están formados por al menos dos poblaciones distintas de estrellas.

De estas poblaciones, alrededor de la mitad de las estrellas son una sola generación de estrellas normales que se pensaba que se formaban primero, y la otra mitad formaban una segunda generación de estrellas, que están contaminadas con diferentes elementos químicos. En particular, las estrellas contaminadas contienen hasta 50-100 veces más nitrógeno que la primera generación de estrellas.

La proporción de estrellas contaminadas que se encuentran en los cúmulos globulares de la Vía Láctea es mucho más alta de lo que esperaban los astrónomos, lo que sugiere que falta una gran parte de la población de estrellas de la primera generación. Una explicación principal para esto es que los cúmulos alguna vez contuvieron muchas más estrellas, pero una gran fracción de las estrellas de la primera generación fueron expulsadas del cúmulo en algún momento de su pasado.

Esta explicación tiene sentido para los cúmulos globulares en la Vía Láctea, donde las estrellas expulsadas podrían esconderse fácilmente entre las muchas estrellas antiguas similares en el gran halo, pero las nuevas observaciones, que miran a este tipo de cúmulo en una galaxia mucho más pequeña, llaman esta teoría en duda.

Los astrónomos utilizaron Wide Field Camera 3 (WFC3) de Hubble para observar los cuatro cúmulos globulares en una pequeña galaxia cercana conocida como la galaxia enana esférica Fornax [1].

"Sabíamos que los cúmulos de la Vía Láctea eran más complejos de lo que se pensó originalmente, y hay teorías para explicar por qué. Pero para poner a prueba nuestras teorías sobre cómo se forman estos cúmulos, necesitamos saber qué sucedió en otros ambientes", dice Søren Larsen de Radboud University en Nijmegen, Países Bajos, autor principal del nuevo documento. "Hasta ahora no sabíamos si los cúmulos globulares en las galaxias más pequeñas tenían generaciones múltiples o no, ¡pero nuestras observaciones muestran claramente que sí lo hacen!"

Las observaciones detalladas de los astrónomos de los cuatro cúmulos de Fornax muestran que también contienen una segunda población de estrellas contaminadas [2] e indican que no solo se formaron de manera similar entre sí, sino que su proceso de formación también es similar a los cúmulos en el Vía láctea. Específicamente, los astrónomos usaron las observaciones de Hubble para medir la cantidad de nitrógeno en las estrellas del cúmulo, y descubrieron que aproximadamente la mitad de las estrellas en cada cúmulo están contaminadas al mismo nivel que se ve en los cúmulos globulares de la Vía Láctea.

Esta alta proporción de estrellas de segunda generación contaminadas significa que la formación de los cúmulos globulares de Fornax debería estar cubierta por la misma teoría que los de la Vía Láctea.

Según el número de estrellas contaminadas en estos grupos, tendrían que haber sido hasta diez veces más masivas en el pasado, antes de expulsar a un gran número de estrellas de su primera generación y reducirlas a su tamaño actual. Pero, a diferencia de la Vía Láctea, la galaxia que alberga estos grupos no tiene suficientes estrellas antiguas para dar cuenta de la gran cantidad que supuestamente fueron desterrados de los grupos.

"Si estas estrellas expulsadas estuvieran allí, las veríamos, ¡pero no lo hacemos!" explica Frank Grundahl de la Universidad de Aarhus en Dinamarca, coautor del artículo. "Nuestra teoría de formación líder simplemente no puede ser correcta. No hay ningún lugar donde Fornax podría haber ocultado estas estrellas expulsadas, por lo que parece que los cúmulos no podrían haber sido mucho más grandes en el pasado".

Este hallazgo significa que una teoría líder sobre cómo se formaron estos cúmulos globulares de generación mixta no puede ser correcta y los astrónomos tendrán que pensar una vez más cómo estos misteriosos objetos, en la Vía Láctea y más allá, llegaron a existir.

AVISTAN ESPECTACULAR BOLA DE LUZ GIGANTE EN SIBERIA (completo)

jueves, 2 de noviembre de 2017

¿Quiénes son?

Los Kazajos son, por tradición, un pueblo nómada. Incluso hoy en día, los pastores llevan el ganado a pastorear a diferentes lugares según la estación. Pasan los veranos en zonas montañosas más frescas y, cuando se acerca el frío invernal, descienden con sus rebaños a tierras más templadas.

Aunque algunos Kazajos viven en modernas ciudades, muchas de sus tradiciones, platos típicos y artesanías reflejan el estilo de vida nómada de sus antepasados. Además, poseen un gran legado cultural de poesía, canciones y música, que interpretan con instrumentos autóctonos.

La yurta, típica casa portátil de los nómadas, se ha convertido en un símbolo de armonía
entre el hombre y la naturaleza. Los pastores aún la prefieren, y quienes viven en las ciudades las utilizan para eventos especiales. También son cómodos alojamientos para turistas. El interior de una yurta es una muestra de maestría con las que las mujeres kazajas realizan bordados tejidos y alfombras.

Las familias que viven en el campo valoran mucho sus caballos. Existen al menos 21 palabras en kazajo para caballo, cada una con diferentes matices, y más de 30 palabras y expresiones para describir el color de su pelaje. Un buen caballo sigue siendo un regalo costoso y muy apreciado. En la zonas rurales, los hombres aprenden a montar a caballo desde pequeños.

La comida típica kazaja siempre contiene carne y no suele ser picante. Las bebidas favoritas son el kumis, elaborado con leche de yegua y que se considera muy beneficioso para la salud, y el shubat, preparado con leche de camella, que es cremoso y un poco ácido.

5 Hallazgos Incómodos en la Historia de América

Humberto Fernández Morán. (1924-1999)



En el Hospital Chiquinquirá, situado en el antiguo barrio El Saladillo de Maracaibo, nació Humberto Fernández Morán científico venezolano, 1924, fundador del actual Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) e inventor del bisturí de diamante, utilizada en todo el mundo para la microcirugía.

Científico pionero de varias técnicas importantes de microscopía electrónica y de sus aplicaciones en la biología, la medicina y la ciencia de los materiales. Humberto Fernández-Morán Villalobos, realizó sus estudios de primaria y parte del bachillerato en The Witt Junior School en Nueva York. En 1936 regresa a Maracaibo donde sigue por un año, cursos preparatorios en el Colegio Alemán. En 1937 ingresó al liceo Schulgemeinde Wichersdorf de Sallfeld - Alemania, donde se gradúa de bachiller a los 15 años.

Inicia sus estudios de medicina en la Universidad de Munich, graduándose Summa cum Laude en 1944. Regresa nuevamente a Venezuela y revalida su título de médico-cirujano en la Universidad Central de Venezuela. En 1945 trabaja en el Hospital Psiquiátrico de Maracaibo y entre 1945 y 1946 realiza una especialización en Neurología y Neuropatología en la Universidad George Washington. En 1946 se traslada a Estocolmo para trabajar en el Hospital Serafimer con el neurocirujano Herbert Olivecrona. Afectado por las muertes causadas por los tumores malignos y estimulado por el Prof. Olivecrona, Fernández-Morán se orienta hacia la investigación básica para aprender más sobre la organización de las células tumorales.

Comenzó sus investigaciones en microscopía electrónica en los laboratorios del Instituto Nobel de Física y en el Instituto de Investigaciones Celulares y Genética del Instituto Karolinska. Durante su período en Suecia inventó la cuchilla o bisturí de diamante que le permite a científicos de todo el mundo hacer cortes ultrafinos de tejidos biológicos e incluso de muestras lunares, como ocurrió cuando Fernández Morán participó en el proyecto del Apolo 11 de la Nasa.

El zuliano desarrolló el concepto de crioultramicrotomía (utilizando bajas temperaturas), que más tarde lo llevaría a inventar el criomicroscopio electrónico. Logró observar a nivel casi atómico la estructura de complejos sistemas biológicos en estado hidratado y a muy bajas temperaturas, lo cual hasta ese entonces se consideraba improbable. En 1953 firmó su trabajo La cuchilla de diamante para seccionado ultrafino, como investigador del Instituto Karolinska de Estocolmo y del Departamento de Biofísica de la Universidad Central de Venezuela, de cuya cátedra fue fundador en 1951.

Para 1954, casado con Anna Browallius y dos hijas fruto de su matrimonio, regresa a Venezuela donde el 25 de abril de ese mismo año funda, en Los Altos de Pipe, estado Miranda el Instituto Venezolano de Neurología e Investigaciones Cerebrales (IVNIC), hoy Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), con más de 70 laboratorios de investigación, proyectados para 27 edificios que ya en 1955 estaban construidos. En el 13 de enero de 1958 se le pidió aceptara la responsabilidad como ministro de Educación, que ejerció apenas 10 días, pues el 23 de ese mismo mes fue derrocado el gobierno de Marcos Pérez Jiménez. Fernández Morán fue expulsado del país por el nuevo gobierno, que no miró nunca hacia este hombre que dedicó su vida a la ciencia y a la investigación.

Incansable, Fernández Morán se instaló a partir de 1958 en Estados Unidos y organizó los Mixter Laboratories for Electron Microscopy del Massachusetts General Hospital de Boston; colaboró además con el Massachusetts Institute of Technology (MIT). En 1962 aceptó el puesto de Profesor de Biofísica en la Universidad de Chicago; en 1967 obtuvo la silla profesoral Pritzker de la División de Ciencias Biológicas de la Escuela de Medicina de dicha universidad y fue reconocido con el premio John Scott por la cuchilla de diamante, un premio antes otorgado, entre otros, a Jonas Salk (vacuna antipoliomielítica), Marie Curie (el Radio y sus propiedades), Thomas Edison (lámpara incandescente) y Alexander Fleming (penicilina). En paralelo a su trabajo como docente, Fernández Morán prosiguió sus investigaciones y continuó trabajando en el desarrollo de la criomicroscopía electrónica. En 1985 volvió a Estocolmo; allí permanecería ya hasta su muerte, el 17 de marzo de 1999.


miércoles, 1 de noviembre de 2017

Extraterrestres invisibles

Alan Stern, investigador principal de la misión New Horizons, que actualmente explora Plutón, acaba de aventurar una respuesta a la vieja cuestión planteada por la paradoja de Fermi: Si es cierto que existen civilizaciones extraterrestres, ¿por qué no hemos entrado aún en contacto con ellas?


Stern, científico planetario en la Universidad de Boulder en Colorado, no duda de que los extraterrestres existen, pero sugiere que podrían vivir confinados en océanos subterráneos de mundos helados, parecidos a algunas de las lunas de Saturno y Júpiter, como Encelado y Europa. El científico lanzó esta idea durante una reunión de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Americana, celebrada recientemente en la localidad de Provo, en Utah.
Propuesta por primera vez por el Nobel de Física Enrico Fermi en la pasada década de los cincuenta, la célebre paradoja que lleva su nombre hace referencia al hecho de que, si hay civilizaciones ahí fuera, no hemos logrado establecer contacto con ninguna de ellas, lo cual no tiene sentido. Desde entonces, y a pesar de que muchos astrónomos han escudriñado durante décadas el cielo en busca de señales de radio, el resultado sigue siendo el mismo: un desconcertante silencio.
Las razones aducidas hasta ahora para esta irritante falta de comunicación resultan muy variadas. Puede, por ejemplo, que realmente estemos solos en el Universo. O que si “ellos” existen estén utilizando tecnologías desconocidas e indetectables para nosotros; o incluso podríamos pensar que, en cuanto revelan su presencia, las civilizaciones son destruidas por una raza maligna de merodeadores galácticos… O quizá el motivo sea que los planetas habitables capaces de permitir que la vida se desarrolle durante miles de millones de años hasta alcanzar la inteligencia son tan raros que, sencillamente, aún no hemos apuntado ninguno de nuestros telescopios en su dirección. A falta de una explicación comprobada, cualquier teoría es posible…



Por eso la idea de Stern resulta tan simple como atractiva. En efecto, el científico aventura la posibilidad de que la mayor parte de los mundos capaces de albergar vida no se parecen a la Tierra, con sus continentes, su atmósfera y sus mares en superficie. Y que en vez de eso, podrían ser planetas congelados, con vastos océanos subterráneos atrapados bajo gruesas capas de hielo.
Hasta hace muy poco ni siquiera sabíamos que esa clase de mundos existía. Pero ahora hemos podido comprobar que resultan muy comunes, y que ni siquiera es necesario salir de nuestro propio Sistema Solar para encontrar varios de ellos. Si esa proporción se mantiene también alrededor de otras estrellas, podríamos tener, contra una sola Tierra, centenares de mundos como Encelado o Europa.
Para Stern, si esos planetas helados albergaran vida inteligente, muy probablemente no podrían establecer contacto con nadie, ni ser escuchados fuera de su entorno acuático, ya que las capas de hielo de la superficie bloquearían sus señales de radio, que no podrían propagarse por el espacio y ser captadas desde otros mundos.
Esas hipotéticas civilizaciones, además, podrían desconocer por completo que hay algo de interés por encima de sus “techos” helados, e incluso si encontraran alguna razón para taladrar las gruesas capas de hielo sobre sus cabezas, es posible que no supieran qué son todas esas luces que brillan en el cielo, si es que disponen de ojos para contemplarlas…

Las cosas no serían fáciles para ellos ni siquiera si hubieran superado todos estos obstáculos y estuvieran predispuestos para la exploración espacial. De hecho, tendrían que llevar en sus desplazamientos enormes cantidades de agua, en vez de aire, para el mantenimiento de vida. Y eso sería sin duda un gran impedimento ya que, en palabras de Stern, incluso en nuestro caso, “todo lo que sabemos sobre viajes espaciales implica el ser capaces de construir naves más ligeras”.
Según el científico, otro factor en contra para que existan mundos con océanos exteriores, como el nuestro, es que quedan expuestos ante cualquier “cosa mala” que venga del cielo: “Todos conocemos la historia de los impactos como el que con toda probabilidad terminó con el periodo Cretácico y los dinosaurios, y ese es solo uno de los peligros posibles. Aunque ninguno de ellos afectaría a la vida oceánica bajo el hielo”.
Además, abunda Stern, esta clase de planetas no tienen por fuerza que estar dentro de las “zonas de habitabilidad” de sus soles, ni siquiera cerca de ellas. “Un océano interior en Plutón -afirma- resulta igual de húmedo y caliente que uno en el interior de una luna galileana”.
El propio Stern, sin embargo, admite que incluso si las cosas fueran realmente así, la paradoja de Fermi seguiría siendo válida, ya que seguiríamos sin saber por qué ninguno de los otros mundos “sin techo”, como como el nuestro, ha revelado hasta ahora su presencia. Y hoy sabemos que, aunque no fueran el tipo dominante de planetas habitables en el Universo, ahí fuera podría haber billones de mundos parecidos a la Tierra.
En su intervención, Stern afirmó que su idea constituye, sencillamente, un punto de partida para centrar la discusión. “Apenas estamos empezando a entender -afirma-. Así que abróchense los cinturones”.


LA BESTIA QUE DEVORA HIPOPÓTAMOS CRIPTOZOOLOGIA #12 EL MOKELE MBEMBE

martes, 31 de octubre de 2017

Beneficios de la chocoterapia

Comer buen chocolate es sabroso y hasta saludable. Contiene cantidades muy importantes de hierro, potasio, zinc, manganeso, magnesio y calcio, en proporciones y formas muy asimilables por nuestro organismo. Y grasas, con un equilibrio entre las saludables y las que no lo son tanto, además de antioxidantes y estimulantes.

La clave para aprovechar al máximo su potencial sin vernos condenados a tener que quemar las calorías que nos aporta, está en tres principios: optar siempre por chocolate negro, evitar los que más azúcar añadida tengan y consumirlo de forma moderada.

El buen cacao, aquel que supera el 70%, nos aporta una buena cantidad de flavonoides, contribuyendo a eliminar de nuestras células los radicales libres. Esos radicales colapsan y deterioran las células, perpetuando su acción en las nuevas células en un proceso permanente que tiende a envejecernos a ese nivel y que puede devenir en ciertos casos en el desarrollo de cáncer. Sus flavonoides también son cardioprotectores al impedir que se oxide el llamado colesterol malo LDL, dificultando que pueda fijarse a las paredes arteriales y generar placas, reduciendo también la tensión arterial al suavizar el tono de los vasos sanguíneos haciéndolos más elástico. Algunos compuestos del cacao dificultan la agregación plaquetaria que puede devenir en la formación de microcuágulos.

Además, es vasodilatador, un suave estimulante cardíaco y nos aporta una interesante ración de feniletilamina, un fitoquímico emparentado con las conocidas endorfinas que genera nuestro cuerpo para hacernos sentir bien, levantarnos el ánimo y ponernos en el camino del optimismo. Y encima aumenta la actividad de la anandamida, una lipoproteína cerebral que activa los receptores canabinoides de nuestro cerebro, o lo que traduciendo viene a significar que su consumo también por esa vía nos regala un plus de euforia. En cuanto a la <<prescripción ideal>>, se recomienda no exceder entre 50 y 70 gramos diarios.

Afirman que la Vida Llego de Marte

lunes, 30 de octubre de 2017

Hallan maíz transgénico y glifosato en tortillas y alimentos industrializados



Científicos mexicanos hallan maíz transgénico y glifosato en alimentos industrializados (tortillas, tostadas, cereales y botanas) que se consumen en México, lo que puede tener consecuencias graves para la salud.

Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) analizaron 367 alimentos elaborados con maíz y encontraron presencia masiva de transgénicos en 90% de las tortillas analizadas. En una tercera parte de ellas detectaron glifosato. Estos datos son del informe “Presencia masiva de transgenes y del herbicida glifosato en alimentos derivados de maíz en México”.

“Estos datos son preocupantes ya que el maíz es nuestro alimento básico y muestran que hemos perdido la soberanía alimentaria. Además, el consumo masivo de maíz transgénico con glifosato puede tener consecuencias graves en salud”, advierten.

Es importante destacar que el en el estudio “en ninguna de las harinas de maíz artesanales, hechas con maíces nativos, se detectaron transgenes o glifosato; mientras que el 100% de las harinas de maíz industriales presentaron algún transgén y una parte de las positivas también presentaron glifosato”.

El estudio fue elaborado por la Doctora Elena Álvarez-­‐Buylla, el Doctor Emmanuel González y la Doctora Alma Piñeyro. Los científicos presentaron el informe junto con el Dr. Andrés Barreda, Presidente de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS).

El estudio científico reporta la presencia de secuencias transgénicas y del herbicida glifosato en varios tipos de alimentos elaborados con maíz (harinas, tortillas, tostadas, cereales para desayuno y botanas) que se comercializan y consumen en México.

Es un problema la importación de maíz transgénico

En promedio, los mexicanos consumimos 0.5 kg de maíz diario casi sin procesar, y este alimento representa una proporción muy alta de la ingesta calórica y proteica de la población, señala el informe científico.

“Anualmente se importan aproximadamente 10 millones de toneladas de maíz, principalmente de Estados Unidos. Este maíz puede contener importantes proporciones de granos transgénicos con residuos del herbicida glifosato”, afirman los científicos.

Si bien datos oficiales sugieren que somos autosuficientes en la producción de maíz blanco para consumo humano, el estudio científico que reportamos encontró que, de un total de 367 muestras analizadas (alimentos diversos), el 82% (n=301) presentaron alguna secuencia transgénica. Y en 90.4% de las tortillas analizadas se detectaron transgenes.

Las tres líneas de maíz transgénico que aparecen con mayor frecuencia en las muestras analizadas son: NK603 (tolerancia a glifosato), 60.8%; TC1507 (tolerancia a glufosinato de amonio y resistente a insectos), 54.5%; y MON810 (resistencia a insectos), 34.9%.

Se detectaron transgenes de líneas de maíz, que confieren tolerancia al herbicida glifosato y proteínas recombinantes que dan resistencia a insectos (con toxinas de origen bacteriano).

Nuevas revelaciones sobre la desclasificación ovni de la CIA

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