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sábado, 30 de junio de 2018

El proyecto Die Glocke - La campana nazi


La campana nazi tenía 2 cilindros giratorios que contenían una sustancia parecida al mercurio, llamada xerum 525, y cuando giraban en sentido contrario desprendían un brillo de color violeta. El exterior del artefacto estaba forrado con material de cerámica; curiosamente los transbordadores espaciales de la Nasa, como el Columbia, estaban envueltos en su capa más superficial por un revestimiento de losetas de cerámica, que hacen la función de aislante térmico.

¿Pero qué era la Campana nazi y para qué servía?

Cuando se ponía en funcionamiento la Campana, los dos tambores rotatorios giraban contrariamente y el objeto se elevaba como los antiguos vimanas, y se podía desplazar; el artefacto despedía unas radiaciones que llegaron a afectar a los científicos del proyecto.
Era el primer prototipo de motor contra la gravedad y abrió un camino nuevo en el camino de la física y la tecnología. De este modo este ingenio técnico podía servir como el sistema de propulsión para los secretos ovnis nazis que se estuvieron desarrollando en la última fase del Tercer Reich.

El proyecto ultrasecreto de "Die Glocke", The Bell, la Campana Nazi, estaba bajo el mando del misterioso General de las SS Hans Kammler, un ingeniero científico que había estado involucrado también en el desarrollo de los misiles V-2, aviones reactores, alas volantes, ovnis nazis, y construcciones subterráneas, entre otros proyectos. También diseñó muchos de los Campos de Exterminio nazis y los hornos del horror, entre ellos el de Auswitch.

Hans Kammler era un personaje muy importante dentro de la tecnología militar nazi, pero que resultó siempre poco conocido, ya que después de la 2ª guerra mundial, el gobierno norteamericano tampoco tenía interés en divulgar la trayectoria tecnológica y los logros científicos de los ingenieros nazis como Kammler.


Junto a una fábrica abandonada se encuentra el Anillo de pruebas, los respiraderos subterráneos, y la entrada al complejo de experimentación de la Campana.

Igor Witkowski es un investigador polaco de tecnología militar que ha pasado más de 20 años estudiando el ingenio prodigioso de la Campana nazi.

El periodista Nick Cook, especialista en temas aeroespaciales y de defensa, que trabaja para la revista Jane’s Defense Weekly, se interesó por la información que Igor Witkowski tenía sobre los proyectos tecnológicos de los nazis, y especialmente por la Oficina de desarrollos secretos, la "Kammlerstab", que dirigía Hans Kammler.

Igor Witkowski mostró a Nick Cook el campo de operaciones del proyecto de la Campana nazi, la mina de Ludwigsdorf, el anillo de pruebas de la campana, los respiraderos subterráneos y demás instalaciones relacionadas.

Era en la región montañosa de la frontera checa, entre los Sudetes y la Baja Silesia, y junto a la aldea de Ludwigsdorf, donde se encontraba una mina en la que los nazis desarrollaban el modelo revolucionario antigravitacional.

Cuando el Ejército soviético estaba llegando a la aldea de Ludwigsdorf, hoy llamada Ludwikowice, el oficial de las Waffen SS, Karl Sporrenberg, por orden directa de Hitler, llevó a cabo la ejecución de 62 científicos nazis que trabajaban en el proyecto Die Glocke; unos hechos por los cuales fué juzgado posteriormente en los tribunales como criminal de guerra. Según Sporrenberg, el prototipo secreto habría sido trasladado a una zona de seguridad en Noruega.

El proyecto Die Glocke - La campana nazi, paradero desconocido.

Lo cierto es que después de la guerra nunca más se volvió a saber de la Campana nazi ni del General Hans Kammler; desaparecieron con su secreto. Algunas teorías dicen que la Campana fué trasladada en un avión de carga, haciendo escala en Barcelona, España, hacia el cono sur americano, entre Chile y Argentina, o incluso a la zona de la Antártida. Y otra línea de investigación apunta a que la Campana fué llevada a Japón.

viernes, 29 de junio de 2018

El juego de la ventana


Este juego de la ventana es muy fácil de iniciar, aunque requiere un poco de tiempo y mucha paciencia, como muchas cosas, este juego es de manera aleatoria.

Por ello, solo hay que hacer un par de cosas para jugar, al hacerlo tienes que cerrar la ventana y las cortinas de tu cuarto, antes de acostarte en la cama, de la manera más cuidadosa y sospechosa posible.

Además, presenta la condición de que se elabore a fin de mes. Sin embargo, es debido informar que esto va a necesitar de varios e innumerables intentos, ya que no siempre se presenta a la primera.
¿En qué consiste el juego de la ventana?

Sabrás si funciono el juego cuando te despiertes repentinamente. Además, no despertarás de una manera natural, sino que te despertarás algo mareado, intranquilo y extraño. También, es aquí cuando de repente oirás un pequeño golpe en la ventana.

Empezarás a escuchar pequeños golpes en lo que sería la ventana, al principio serán lentos y suaves, con mucha calma, pero estos aumentarán y serán más fuertes y constantes. Además, como la otra parte del juego, tienes que jugar, lo que tienes que hacer es muy sencillo, fingir que estás dormido.

Aquí es donde las cosas se ponen intensas. Esto, debido a que son muchas cosas que delatan a alguien que no está dormido. Por ejemplo, puede ser porque se mueve mucho o por no cubrirse totalmente la cabeza con las sabanas y, lo más importante de todo, que no duerme con los ojos abiertos.

Hay que fingir estar dormido sin abrir los ojos en ningún momento. Mientras, lo que hay al otro lado, va a seguir golpeando la ventana de una manera escandalosa a modo de que abras los ojos, hasta que habrá un punto en donde este ente dejará de golpearla.

Además, no debes dormirte, ni mucho menos pensar que se ha acabado. Esto, debido a que es una trampa que te hace creer que ya se acabó, pero en realidad te quiere sorprender una vez más para que abras los ojos.
El ente va a seguir tocando y golpeando la ventana, a cada instante con mucha mayor fuerza cada vez durante toda la noche, incluso habrá momentos en los que este al golpear tan fuerte que creerás que despertará a alguien, o romperá la ventana.

¿Cómo ganar el juego de la ventana?
No sientas temor en ningún momento, estarás protegido o protegida siempre que parezcas dormido. No pedir ayuda porque nadie te podrá ayudar. El juego durará toda la noche hasta que sea las 6 am, o hasta que el sol salga y amanezca, solamente así sabrás si has ganado cuando veas la luz del sol salir por tu ventana.

Esto, es un juego que lo hacen los buscadores de experiencias, es un juego que se ha hecho bastante popular y que se comenta mucho.

jueves, 28 de junio de 2018

La marihuana medicinal







Por: Profesor titular del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular I, Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Junta directiva del Observatorio Español de Cannabis Medicinal.

Los cannabinoides tienen actividad antitumoral en modelos animales de cáncer.
Las investigaciones llevadas a cabo por distintos laboratorios en los últimos 15-20 años han puesto de manifiesto que los derivados de la marihuana (y en concreto el principal componente activo de la planta, el Delta-9 tetrahidrocannabinol o THC) tienen actividad antitumoral en modelos animales de cáncer. Así, hoy en día está bien establecido que la administración de cannabinoides es capaz de reducir en estos modelos el crecimiento de tumores cerebrales (gliomas), de mama, de páncreas, de piel (melanoma y carcinoma de piel), de hígado, de próstata etc.

Muchas de esas investigaciones también han permitido conocer los mecanismos que utilizan los cannabinoides para producir esos efectos antitumorales. El THC, el principal componente activo de la planta, produce sus efectos en el organismo actuando sobre el sistema endocannabinoide. Dicho sistema está formado por: los “endocannabinoides”, unas moléculas de naturaleza lipídica (no solubles en agua) que son producidas por las células de nuestro organismo, y por los receptores de cannabinoides (CB1 y CB2, unas proteínas presentes en la superficie de muchas células de distintos órganos y tejidos y que son particularmente abundantes en determinadas regiones del cerebro). La unión de los endocannabinoides a los receptores CB1 y CB2 permite regular múltiples procesos fisiológicos como por ejemplo el apetito, el movimiento o el dolor. El THC es capaz de unirse y activar los receptores de cannabinoides mimetizando así los efectos de los endocannabinoides en el organismo.

En el caso de las acciones antitumorales de los cannabinoides, hoy sabemos que también se deben en gran medida a la capacidad para activar los receptores CB1 y CB2 presentes en las células tumorales, lo que lleva a que dentro de las mismas se disparen una serie de procesos que llevan a su muerte programada (o “apoptosis”). Estudios recientes indican que el THC activa la apoptosis en las células tumorales mediante una compleja ruta de señalización que conduce a la estimulación de otro proceso celular denominado autofagia (literalmente auto-digestión). Por otra parte, también se ha descubierto que, además de promover la muerte de las células tumorales, los cannabinoides pueden contribuir a bloquear el crecimiento tumoral mediante la inhibición de la angiogénesis tumoral (un proceso mediante el cual el tumor consigue modificar los vasos sanguíneos de manera que pueda obtener más fácilmente los nutrientes y el oxígeno que necesita para poder crecer). Por último, los cannabinoides también inhiben la capacidad de las células tumorales para migrar e invadir otros tejidos.

Los estudios que se han llevado acabo hasta la fecha indican que el THC es el “fitocannabinoide” (cannabinoide derivado de la planta) que tiene una acción antitumoral más potente. Sin embargo, también se ha encontrado que otro componente de C Sativa, el cannabidiol (CBD), puede reducir el crecimiento de tumores en modelos animales, aunque en la mayor parte de los casos dicho efecto es menos potente que el que produce el THC. El mecanismo preciso mediante el cual el CBD, que no se une de manera eficaz a los receptores de cannabinoides, produce sus acciones antitumorales aún no se ha podido identificar de manera clara, aunque se sabe que también depende de la capacidad de este compuesto para activar la apoptosis en células tumorales. También se ha visto que la combinación de THC y CBD en una proporción 1:1 permite reducir las dosis de THC necesarias para producir un efecto antitumoral en modelos animales de glioma. Es importante destacar que la posible actividad antitumoral de otros compuestos producidos por Cannabis sativa, incluyendo otros fitocannabinoides diferentes del THC y el CBD o determinados antibióticos.

Así como la existencia de un “entourage effect” o efecto potenciador derivado de la combinación de algunos de esos compuestos presentes en la planta, es algo para lo que hoy en día no existen evidencias científicas sólidas (ni siquiera en modelos celulares o animales) y que por tanto permanece como una posibilidad potencialmente atractiva pero que aún debe demostrarse, particularmente en el contexto de la actividad antitumoral de los cannabinoides.

Un aspecto especialmente relevante a tener en cuenta es que los cannabinoides actúan de manera selectiva en las células tumorales. Así, el tratamiento con estos compuestos no conduce a la activación de la apoptosis en células no tumorales. Aunque aún no se conocen los motivos precisos por los que existe esa diferencia en la acción de los cannabinoides entre células tumorales y no tumorales, se trata de una observación importante ya que contribuye a explicar la baja toxicidad que presentan los cannabinoides en comparación con otros agentes antineoplásicos.

Combinaciones de cannabinoides con otros agentes antitumorales
Diversos estudios desarrollados en modelos animales indican que los cannabinoides potencian la acción antitumoral de algunos agentes quimioterapéuticos. Por ejemplo, la combinación de THC o de THC y CBD con temozolomida (el fármaco que se utiliza de manera habitual para el tratamiento de los tumores cerebrales) demostró producir un efecto más potente en modelos animales de glioma que el que produjeron esos mismos fármacos cuando se administraron de manera no combinada. Estas observaciones sugieren que los cannabinoides podrían ensayarse como parte de las combinaciones de fármacos quimioterapéuticos que se utilizan en el tratamiento del cáncer. En cualquier caso, dadas las notables diferencias existentes en cuanto a las características y sensibilidad a las distintas terapias entre cada tipo y subtipo de tumor y el gran número de posibles combinaciones de fármacos, es necesario continuar con el desarrollo de este tipo de estudios preclínicos para poder determinar en qué casos concretos (tipos y subtipos de tumor, combinaciones de distintos compuestos) sería potencialmente más interesante incluir cannabinoides como parte del tratamiento antitumoral.

Porqué es esencial desarrollar ensayos clínicos:
Aunque los estudios preclínicos descritos más arriba son muy esperanzadores y sugieren que los cannabinoides podrían ser útiles en el tratamiento de determinados tipos de tumores, aún queda un largo camino por recorrer para que fármacos cannabinoides puedan prescribirse en el tratamiento de tumores cerebrales u otros tipos de cáncer. Hay que tener en cuenta que muchos fármacos antitumorales que mostraron resultados prometedores en modelos animales no fueron eficaces (o al menos más eficaces que los fármacos que ya se estaban utilizando) cuando se ensayaron en humanos. Ello hace que, de cara a poder determinar si los cannabinoides son útiles en el tratamiento del cáncer (o al menos de algunos tipos de cáncer), sea esencial desarrollar ensayos clínicos, ya que esta es la única manera mediante la cual la eficacia de estos compuestos puede ser demostrada de manera sólida y por tanto aceptada por la comunidad médica y científica internacional.

miércoles, 27 de junio de 2018

El misterio de Lemuria


Objeto de elaboraciones, hipótesis y teorías de conspiración desde la mitad del siglo XIX, el continente perdido de Lemuria es uno de los grandes misterios guardados por el océano Índico.

Así como en el caso de cualquier terreno misterioso, la existencia de Lemuria llevó a un sinfín de curiosos a investigar sobre su posible veracidad y/o ubicación. Los primeros que se dedicaron a esta misión fueron Philip Lutley Sclater, un zoólogo y abogado británico, y Ernst Haeckel, biólogo alemán.

Las sospechas de los dos surgieron de las migraciones de los animales y humanos. Para Haeckel, existía un fallo, cuando se pensaba en el itinerario de humanos que salieron de Asia y llegaron a África. Una porción continental de la tierra en la región explicaría la capacidad de los humanoides de desplazarse de un lugar a otro tan lejano sin tener que cruzar el océano.

Antes de él, sin embargo, Sclater llegó a una conclusión más o menos en la misma dirección debido a los lémures, los animales que inspiraron el nombre del continente desaparecido. Es que, para el británico, la diversidad de estos simpáticos animales era mucho mayor en el país de Madagascar que en África o en la India, lo que sugeriría que, probablemente, habrían salido de una región para establecerse en otra, puesto que se trataba de dos familias de la misma especie.

A pesar de continuar en el imaginario popular desde entonces, fue sólo más de un siglo después, en 2013, que algunas nociones de su existencia comenzaron a tomar forma. En aquel año, un grupo de geólogos encontró evidencias de que, de hecho, podría haber existido un continente en la región antes mencionada por los científicos de antaño.

Rasgos de granito fueron ubicados al sur de la India, en una región oceánica en la dirección de las islas Mauricio. Pero ¿qué tiene que ver eso? Sucede que, además de granito, se encontraron con zircón, con fecha de 3 mil millones de años, época en que la isla teóricamente aún no existía, ya que cuenta con alrededor de 2 millones de años de existencia; surgiendo gracias al movimiento de las placas tectónicas.

A partir de esto, los geólogos concluyeron que existía una porción enorme de la tierra allí hace mucho tiempo, pero desapareció en el océano hace, aproximadamente, 84 millones de años.

Para la tristeza de Haeckel y Sclater, los científicos modernos decidieron llamar a este continente Mauritia, en homenaje a las islas que hoy se ubican en el lugar.

martes, 26 de junio de 2018

El ultra-secreto metro-2 de Moscú






¿Leyenda o realidad? Es uno de los grandes mitos de la antigua Unión Soviética, la existencia de un sistema de metro secreto dotado de cuatro líneas y construidos al margen del metro civil oficial: Este tejido ferroviario ubicado a más de 50 metros de profundidad -algunos dicen que está por debajo de los 100 metros de profundidad- fue promovido por Stalin como una vía de escape y comunicación ante la eventual amenaza de ser víctimas de un ataque  nuclear. En teoría, conectaría al Kremlin con lugares estratégicos, como aeródromos, centros de inteligencia y de mando, bunkers y refugios diversos, generando una red que llegado el caso permitiría poner a salvo en la periferia de Moscú al Politburó, mandos y jefes del partido comunista de la URSS y población privilegiada. Cuesta imaginar que una obra de tal envergadura haya podido permanecer oculta durante tantos años, maxime cuando debió ser construida en el corazón del poder soviético.

Para colmo algunas fuentes no lo describen precisamente estrecho, sino con estancias de 482 m2 por oficial. Por eso oficialmente no se da crédito ni se responde sobre el particular, aunque los defensores de su existencia aportan numerosas pruebas, desde testimonios directos de notorios interlocutores, a otros indicios circunstanciales como las declaraciones de obreros que afirmaron trabajar en su construcción, o la existencias de lineas "muertas", escaleras selladas y portones bloqueados y vigilados, visibles desde el metro civil. Algunos ex ministros soviéticos, así como altos mandos del ejercito, se han referido a la existencia de esa red subterránea de instalaciones, incluyendo un informe del departamento de defensa de Estados Unidos, aunque es muy probable que con el nombre de Metro-2 jamás haya existido. Esa etiqueta fue creada por el escritor Vladimir Gonik hace unos años para denominar espacios como los descritos en su novela Abyss, articulando una trepidante trama tras varios años de documentación y confidencias sobre el particular. Según el informe estadounidense de 1991, la red tendría la capacidad para refugiar a 10.000 personas y su verdadera profundidad estaría por debajo de los 200 m de la superficie.

La operatividad actual es objeto de debate, sospechándose que una parte sigue activa y en manos del Ministerio de Defensa, que lo vigila con celo y oculta su existencia. Mientras que Vladimir Schevchenko, asesor de presidentes como Gorbachov, Yeltsin y Putin, reconoce la existencia de un Metro-2 aunque de menores dimensiones e inoperativo en la actualidad, ex periodista y ex-ministro con Yeltsin, Mikhail Nikiforovich destaca las enormes dimensiones y complejidad del entramado ferroviario, que contaba con un centro de comando de emergencias en caso de guerra, así como "con ramificaciones que van a los suburbios para que el comando pudiera alejarse del epicentro de un ataque nuclear".

SETI buscará inteligencia extraterrestre de las formas más atípicas, ast...



SETI, la agencia de búsqueda extraterrestre en colaboración con varias empresas de tecnología harán un nuevo proyecto donde buscarán formas de inteligencia extraterrestre de maneras menos pensadas. El proyecto se llama Frontier Development Lab

lunes, 25 de junio de 2018

La piedra de la Luna y sus poderes


La piedra de la luna es un cristal de rara belleza encontrado principalmente en la India y en Australia, tiene una fuerte conexión con el satélite natural de la tierra y con la intuición de la naturaleza de las personas.

Es considerada la piedra de la fuerza y también conocida como la “piedra del poder femenino”; ya que está íntimamente ligada a este género, trayendo beneficios físicos y espirituales. Los beneficios de la Piedra de la Luna son reconocidos desde los tiempos de nuestros antepasados, por las civilizaciones antiguas.

Se cree que esta piedra, con sus reflejos plateados y azulados (a semejanza de la luna) trae paz, armonía y amor a las personas y ambientes.

Ayuda a calmar, al tranquilizarnos, poniendo en armonía las emociones y reacciones exageradas de acuerdo con nuestra necesidad. Al mismo tiempo, esta piedra es capaz de darnos perspicacia para percatarnos, de mejor manera, de que todo lo que sucede con nosotros; en esencia, es parte de un ciclo constante de transformaciones que nos lleva a la evolución.

Equilibra las energías femeninas y masculinas. Funciona como un antídoto para las mujeres que tienen una feminidad agresiva o para hombres con tendencias machistas. Aflora la sensibilidad y la intuición, desarrollando dotes psíquicos. Facilita la apertura de asuntos espirituales y refuerza las habilidades psíquicas que ayudan a las personas a conectarse con su naturaleza subconsciente.

Además de equilibrar las energías como se ha descrito anteriormente, esta piedra es indicada para aliviar los síntomas del síndrome premenstrual, contribuyendo a la concepción, incrementando la fertilidad, el embarazo; pacificando el parto y estimulando la producción de leche en la lactancia. Pero atención, puesto que aflora e intensifica las emociones de la mujer durante el período menstrual (especialmente si se coincide con la luna llena) las mujeres deben evitar el contacto con esta piedra; ya que pueden sufrir de una alteración en sus emociones.

domingo, 24 de junio de 2018

El secreto de Stonehenge





Un recién publicado libro de investigadores británicos sostiene que los constructores del monumento megalítico de Stonehenge (Reino Unido) ya conocían el fundamento del famoso teorema de Pitágoras, que establece que en los triángulos rectángulos, el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma del cuadrado de los catetos. 

Los autores de la obra, denominada 'Megalito: Estudios en piedra' (Megalith: Studies in Stone, en inglés) señalan que los constructores usaron esta fórmula para levantar las estructuras alrededor del año 2.500 a.C., unos 2.000 años antes de que naciera el matemático griego, recoge Science Alert.
Los "triángulos y cuadrados dobles" de esta obra patrimonio de la humanidad son "versiones simples de la geometría pitagórica", según explica el editor del libro, John Matineau. 

Los autores señalan que las proporciones entre los lados de los triángulos de Stonehenge remiten a la famosa fórmula pitagoriana, lo que sugiere que los constructores sabían que era una forma útil de hacer un triángulo rectángulo, incluso si no tenían la fórmula articulada.

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