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martes, 26 de junio de 2018

El ultra-secreto metro-2 de Moscú






¿Leyenda o realidad? Es uno de los grandes mitos de la antigua Unión Soviética, la existencia de un sistema de metro secreto dotado de cuatro líneas y construidos al margen del metro civil oficial: Este tejido ferroviario ubicado a más de 50 metros de profundidad -algunos dicen que está por debajo de los 100 metros de profundidad- fue promovido por Stalin como una vía de escape y comunicación ante la eventual amenaza de ser víctimas de un ataque  nuclear. En teoría, conectaría al Kremlin con lugares estratégicos, como aeródromos, centros de inteligencia y de mando, bunkers y refugios diversos, generando una red que llegado el caso permitiría poner a salvo en la periferia de Moscú al Politburó, mandos y jefes del partido comunista de la URSS y población privilegiada. Cuesta imaginar que una obra de tal envergadura haya podido permanecer oculta durante tantos años, maxime cuando debió ser construida en el corazón del poder soviético.

Para colmo algunas fuentes no lo describen precisamente estrecho, sino con estancias de 482 m2 por oficial. Por eso oficialmente no se da crédito ni se responde sobre el particular, aunque los defensores de su existencia aportan numerosas pruebas, desde testimonios directos de notorios interlocutores, a otros indicios circunstanciales como las declaraciones de obreros que afirmaron trabajar en su construcción, o la existencias de lineas "muertas", escaleras selladas y portones bloqueados y vigilados, visibles desde el metro civil. Algunos ex ministros soviéticos, así como altos mandos del ejercito, se han referido a la existencia de esa red subterránea de instalaciones, incluyendo un informe del departamento de defensa de Estados Unidos, aunque es muy probable que con el nombre de Metro-2 jamás haya existido. Esa etiqueta fue creada por el escritor Vladimir Gonik hace unos años para denominar espacios como los descritos en su novela Abyss, articulando una trepidante trama tras varios años de documentación y confidencias sobre el particular. Según el informe estadounidense de 1991, la red tendría la capacidad para refugiar a 10.000 personas y su verdadera profundidad estaría por debajo de los 200 m de la superficie.

La operatividad actual es objeto de debate, sospechándose que una parte sigue activa y en manos del Ministerio de Defensa, que lo vigila con celo y oculta su existencia. Mientras que Vladimir Schevchenko, asesor de presidentes como Gorbachov, Yeltsin y Putin, reconoce la existencia de un Metro-2 aunque de menores dimensiones e inoperativo en la actualidad, ex periodista y ex-ministro con Yeltsin, Mikhail Nikiforovich destaca las enormes dimensiones y complejidad del entramado ferroviario, que contaba con un centro de comando de emergencias en caso de guerra, así como "con ramificaciones que van a los suburbios para que el comando pudiera alejarse del epicentro de un ataque nuclear".

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