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jueves, 2 de noviembre de 2017

Humberto Fernández Morán. (1924-1999)



En el Hospital Chiquinquirá, situado en el antiguo barrio El Saladillo de Maracaibo, nació Humberto Fernández Morán científico venezolano, 1924, fundador del actual Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) e inventor del bisturí de diamante, utilizada en todo el mundo para la microcirugía.

Científico pionero de varias técnicas importantes de microscopía electrónica y de sus aplicaciones en la biología, la medicina y la ciencia de los materiales. Humberto Fernández-Morán Villalobos, realizó sus estudios de primaria y parte del bachillerato en The Witt Junior School en Nueva York. En 1936 regresa a Maracaibo donde sigue por un año, cursos preparatorios en el Colegio Alemán. En 1937 ingresó al liceo Schulgemeinde Wichersdorf de Sallfeld - Alemania, donde se gradúa de bachiller a los 15 años.

Inicia sus estudios de medicina en la Universidad de Munich, graduándose Summa cum Laude en 1944. Regresa nuevamente a Venezuela y revalida su título de médico-cirujano en la Universidad Central de Venezuela. En 1945 trabaja en el Hospital Psiquiátrico de Maracaibo y entre 1945 y 1946 realiza una especialización en Neurología y Neuropatología en la Universidad George Washington. En 1946 se traslada a Estocolmo para trabajar en el Hospital Serafimer con el neurocirujano Herbert Olivecrona. Afectado por las muertes causadas por los tumores malignos y estimulado por el Prof. Olivecrona, Fernández-Morán se orienta hacia la investigación básica para aprender más sobre la organización de las células tumorales.

Comenzó sus investigaciones en microscopía electrónica en los laboratorios del Instituto Nobel de Física y en el Instituto de Investigaciones Celulares y Genética del Instituto Karolinska. Durante su período en Suecia inventó la cuchilla o bisturí de diamante que le permite a científicos de todo el mundo hacer cortes ultrafinos de tejidos biológicos e incluso de muestras lunares, como ocurrió cuando Fernández Morán participó en el proyecto del Apolo 11 de la Nasa.

El zuliano desarrolló el concepto de crioultramicrotomía (utilizando bajas temperaturas), que más tarde lo llevaría a inventar el criomicroscopio electrónico. Logró observar a nivel casi atómico la estructura de complejos sistemas biológicos en estado hidratado y a muy bajas temperaturas, lo cual hasta ese entonces se consideraba improbable. En 1953 firmó su trabajo La cuchilla de diamante para seccionado ultrafino, como investigador del Instituto Karolinska de Estocolmo y del Departamento de Biofísica de la Universidad Central de Venezuela, de cuya cátedra fue fundador en 1951.

Para 1954, casado con Anna Browallius y dos hijas fruto de su matrimonio, regresa a Venezuela donde el 25 de abril de ese mismo año funda, en Los Altos de Pipe, estado Miranda el Instituto Venezolano de Neurología e Investigaciones Cerebrales (IVNIC), hoy Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), con más de 70 laboratorios de investigación, proyectados para 27 edificios que ya en 1955 estaban construidos. En el 13 de enero de 1958 se le pidió aceptara la responsabilidad como ministro de Educación, que ejerció apenas 10 días, pues el 23 de ese mismo mes fue derrocado el gobierno de Marcos Pérez Jiménez. Fernández Morán fue expulsado del país por el nuevo gobierno, que no miró nunca hacia este hombre que dedicó su vida a la ciencia y a la investigación.

Incansable, Fernández Morán se instaló a partir de 1958 en Estados Unidos y organizó los Mixter Laboratories for Electron Microscopy del Massachusetts General Hospital de Boston; colaboró además con el Massachusetts Institute of Technology (MIT). En 1962 aceptó el puesto de Profesor de Biofísica en la Universidad de Chicago; en 1967 obtuvo la silla profesoral Pritzker de la División de Ciencias Biológicas de la Escuela de Medicina de dicha universidad y fue reconocido con el premio John Scott por la cuchilla de diamante, un premio antes otorgado, entre otros, a Jonas Salk (vacuna antipoliomielítica), Marie Curie (el Radio y sus propiedades), Thomas Edison (lámpara incandescente) y Alexander Fleming (penicilina). En paralelo a su trabajo como docente, Fernández Morán prosiguió sus investigaciones y continuó trabajando en el desarrollo de la criomicroscopía electrónica. En 1985 volvió a Estocolmo; allí permanecería ya hasta su muerte, el 17 de marzo de 1999.


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