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viernes, 8 de diciembre de 2017

Indios Queros: Hijos del rayo


Hay pocos lugares en el mundo tan poderosamente embriagadores, guardando en sus entrañas la fuerza del rayo, la tradición inca, el sentido de la comunidad y el pacto inquebrantable con los espíritus de la montaña. La belleza del entorno que pueblan estas gentes es tan inmensa como agreste. Los queros han estado durante siglos observando la vida con vistas a la selva amazónica. Mientras tanto, el mundo exterior ignoraba a quienes se llegó a bautizar como <<hijos del Sol>>, descendientes directos de los incas, aquellos que a base de permanecer casi suspendidos en el tiempo y sin que nadie supiera de ellos, lograron perfilarse como los guardianes indiscutibles de una sabiduría ancestral prendada de valiosas enseñanzas y profecías.

El primero en revelar la existencia de los queros fue Luis Yabar Palacio, y lo hizo en el año 1922, en un articulo publicado por la revista universitaria de la UNSAAC, titulado el ayilu de queros (Paucartambo). El apellido del autor, Yabar le traicionaba, porque dejaba clara cual era la procedencia de éste intelectual cuzqueño relacionado con el movimiento indigenista: la famosa hacienda Yabar, que no solamente se apropió de toda la región quero, sino de los nativos que la ocupaban, a quienes los hacendados explotaron como esclavos durante años.

En su artículo, Yabar ofrecía indicaciones precisas sobre como acceder a la región, al tiempo que nos proporcionaba una pista acerca de las razones por la que este grupo poblacional jamás intentó ir más allá de los barrancos, permaneciendo aislados durante siglos.

La información que Yabar arrojó es su artículo no tuvo mucha repercusión, al contrario al contrario de lo que ocurrió unos años más tarde, cuando el antropólogo Oscar Nuñez del Prado realizó una expedición a queros financiada por el periódico La Prensa. La hazaña, ocurrida en 1995, desembocó en unas publicaciones que el tabloide peruano vendió a sus lectores bajo titulo de corte romántico tales como <<un museo viviente del incanato>>, <<seha encontrado el último ayilu inca>> etc.

El chamán quero o Alto Mesayok es el que ha recibido el impacto de un rayo bajo la tormenta...y ha sobrevivido para contarlo. En la actualidad, están prácticamente extinguidos y solo quedan dos o tres en todo el mundo. Estos elegidos reciben una iniciación muy especial y son capaces de hablar con los apus. Precisamente, el rayo es el mensajero del apus y, al impactar sobre el elegido, convierte ha éste en receptor de la fuerza y los mensajes de los apus. El antropologo y profesor de la Universidad de California Douglas Sharon, autor de "El chamán de los cuatro vientos", describe este proceso de la siguiente manera: <<se cree que la primera descarga lo mata, la segunda reduce su cuerpo a trizas, y la tercera vuelve a armar su cuerpo. Este es un ejemplo clásico de muerte y resurrección, rituales implicados en la elección chamánica, especialmente entre los pueblos de Asia y en Siberia, donde los rayos es uno de los medios de elección utilizados por los seres sobrenaturales. En tiempos de los incas, algunos curanderos y sacerdotes del templo eran elegidos por el relámpago>>. Precisamente, tantos los elegidos como el resto de los nativos y caminantes que han percibido muy de cerca estas descargas, coiciden en comparar el ruido de las mismas con un enjambre de abejas furiosas. El guía Antoine George también fue testigo de este curioso fenoméno: <<yo ha oído a las abejas. Mi bastón de metal crepitaba con la electricidad que se concentraba antes de que cayera el rayo. Sentí una vibración en la cabeza. El caballo estaba muy nervioso. Pero al ponerme la mano en la cabeza, cesó de repente. Es lo que pasa antes de que caiga el rayo, pero solo resultas elegidos si en ese momento te encuentras a solas.

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