El valle de los iluminados

A 5.680 m en la pendiente oeste de la sagrada montaña de los tibetanos, se encuentra el macabro Valle de la Muerte. Allí se dirigen los yogas cuando se dan cuenta de que su camino terrenal a llegado a su fin. Al igual que las pirámides de Kallash el valle se puede transitar solo siguiendo las indicaciones de los lamas. Un monje guió a exploradores rusos y les enseñó una de las llamadas cuevas "someti" -tal ves la más grande del mundo dado su recorrido de diez kilómetros aproximadamente-.

En ellas habían personas en estado de "somati", que significa meditación profunda. Para los simples mortales la entrada a esos lugares está prohibida y solo tienen acceso unos pocos iluminados que pueden adentrarse y meditar en el interior, únicamente después de haber cumplido varios ritos estrictos que pasan por rezar durante días, acercarse y pasar un tiempo a menor altura, tener ropa especial etc. Muchos han tenido la suerte de conversar con estos monjes, que les contó, que durante años, cada mes se acercaba a la cueva y meditaba en ella durante 7 u 8 horas. Les dijo también que su familia vivía en la región desde hace más de 2.000 años y que unos de sus familiares permanecía en el interior en estado "somati" durante varios años ya.

La cueva tenía siete puertas y a los rusos se les permitió pasar por la primera y ver la segunda -el máximo que se podía permitir a personas no iluminadas- .Aunque el monje les acompañó no les dijo nada al respecto, los científicos sabían que según algunos textos sagrados, en estas cuevas se guardan las "crónicas secretas" que cada civilización dejaba sobre placas de oro...Según la creencia tibetana, nosotros somos la quinta civilización que habita la Tierra -antes de nosotros estaban los atlantes, y antes de ellos, y antes de ellos, los Lémures, siendo éstos últimos los más desarrollados tecnológica y espiritualmente -. Este hecho tal vez de una ligera idea de por qué el acceso a Kallash es tan limitado para gente normal, y por qué existen tantas prohibiciones.