Desde que Stephen Hawking hiciera públicas sus sospechas de que cualquier hipotética visita de seres extraterrestres a nuestro planeta resultaría un complejo desastre, se dispararon algunas alarmas. "Solamente debemos mirarnos a nosotros mismos para demostrar que tal vez no queríamos conocer otras formas de vida inteligente", dijo el reconocido físico, convencido de que las posibles incursiones extraterrestres no tendrían otro fin que el de explotar nuestros recursos naturales. y por eso muchos se apresuraron a recordar ahora casos OVNIs en los que los objetos fueron avistados en lugares como minas de uranio o bases militares, como los ocurridos respectivamente, en 1971 en Texas y en 1967 en Montana, ambos en EE.UU. Otros, sin embargo, han optado por escrutar los pasos que estamos dando en la exploración espacial, y han encontrado ahí una justificación a la teoría de Hawking, ya que si bien es cierto que muchas de estas incursiones tienen como objetivo la investigación, hay otras cuyo fin último es la explotación de lugares como la Luna e incluso Marte. Entre ellas la creación de asentamientos lunares o el cultivo de plantas y la instalación de paneles foto voltaicos en nuestro satélite. La última la extracción de oro de asteroides cercanos a la Tierra.
Sin embargo, puede que una vez más nos estemos equivocando. Ya lo hemos hechos antes al buscar vida extraterrestre basándonos en condiciones que son propias de nuestro planeta (oxígeno, agua, etc), pero no necesariamente otros. De la misma forma, ¿por qué pensar que los hipotéticos extraterrestres tienen una naturaleza básicamente depredadora, como la nuestra? ¿Por qué no pensar lo contrario? Una ve más, el egocentrismo puede llegar a jugarnos una mala pasada.
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