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lunes, 14 de mayo de 2018

Profecías: la conexióm Lovelock

Lovelock afirma que el apocalipsis medioambiental vendrá marcado, entre otras circunstancias, por el hecho de que Inglaterra e Irlanda desaparecerán bajo las aguas. Por eso resulta interesante asomarnos al archivo histórico de las grandes profecías, puesto que gran parte de las mismas coinciden en el hecho de marcar el fin de los tiempos cuando Inglaterra acabe sumergida. ¿Casualidad? El famoso Solari Parravichini dijo: <<¡Londres! La isla se hunde>>. Edgar Cayce, considerado uno de los profetas durmientes por sus estados de trance profundo o hipnótico, auguró terremotos y cataclismos geológicos para este país. Y como todo sabemos, tras los terremotos llegan maremotos. Cayce también habló en su día del efecto que provocará la inversión de los polos en la isla: <<Un gran deshielo polar afectará a gran parte del territorio de Inglaterra>>. Por su parte, el vidente Alois Irlmaier predijo algo sumamente inquietante: <<Las aguas se levantarán tan altas como una torre, luego precipitándose. Repentinamente todo se inunda. Hay un terremoto y la mitad de la gran isla se hunde(..) Todo se inunda, la parte sur de Inglaterra se sumerge en las aguas. Tres grandes ciudades
quedarán en ruinas: una será destruida por el agua, la segunda, tan alta como el mar, que solo verás las torres de las iglesias, Y la tercera se desvanecerá>>. También la gran profetisa búlgara Baba Vanga auguró que el año 2033 el nivel de las aguas se incrementará sensiblemente debido al derretimiento de los polos.

En septiembre de 2014, científicos de la Universidad de California (EEUU), realizaron un pronóstico sobre sobre la inversión de los polos magnéticos de la Tierra con el fin de anticipar las desconocidas consecuencias que esto podría generar. Según han podido averiguar dichos expertos, en campo magnético de la Tierra se está debilitando a una velocidad diez veces mayor de lo que se creía. Así lo confirman datos de Agencia Espacial Europea. Todavía no sabemos que pasará cuando los polos se inviertan, algo que ha ocurrido otras vece en la historia, la última vez hace 780.000 años, según se desprende de los estudios publicados en la revista Scientific American. Una inversión inminente podría empezar en menos de 2.000 años, pero ¿y si el proceso se acelera? Es difícil anticipar como influirá en el proceso de cambio geo-magnético en la civilización actual, pues una de las funciones del campo magnético es proteger a la tierra de la radiación solar. Por lo tanto, es muy probable que un fenómeno de esta clase cabe afectando a las redes eléctricas y a los sistemas de comunicación. Algunos, como el geofísico Gary A. Glatzmaier, se muestran optimistas, pues opinan que dentro de 1.000 años no existirán redes eléctricas y probablemente hayamos avanzado hasta el punto de desarrollar la tecnología para enfrentarnos a un giro magnético.

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