Buscar este blog

sábado, 12 de agosto de 2017

Los rituales de Las Élites

En 1872, dieciséis años después de la creación de Skull and Bones, nace otra sociedad secreta integrada por miembros  de la élite estaunidense y, según numerosos autores, íntimamente conectada con el ideal iluminista: el Club Bohemio. Forman parte del mismo unos 3.000 hombres que durante varios días al año se reunen en un enorme terreno privado: un bosque de más de 1.000 años de antiguedad, sus miembros -entre los que podemos destacar a prominentes financieros y políticos como los expresidentes Bush padre e hijo, Henry Kissinger, el expresidente Dick Cheney o el exsecretario de Defensa Donald Runsfeld- llevan a cabo un extraño ritual presidido por la gigantesca estatua de un búho. Los investigadores Alex Jones y Mike Hanson consiguieron burlar la vigilancia y filmaron desde la distancia parte de la ceremonia (cuyo vídeo se puede encontrar en Youtube). Un grupo de personas ataviadas con largos ropajes e iluminadas por unas antorchas que sostienen entre las manos, se movían alrededor de la figura del búho, ante la cual ardía una hoguera. Según especialistas que se han ocupado del asunto, la efigie del animal podría representar al dios pagano Moloch, a quien rendían culto los antiguos fenicios y hebreos cananitas. Era el dios del fuego y del sol, en su honor se realizaban "grandiosos" sacrificios humanos. Aunque quizá represente el ave que acompaña a Atenea, diosa griega de la sabiduría, las artes y las técnicas de guerra, y que era uno de los símbolos más importantes de la orden iluminati. 

El fin de la privacidad como control de la élites
"La privacidad ha muerto. Vivimos en un perpetuo estado de vigilancia ya en la actualidad", aseguró la profesora de ciencias informáticas de la Universidad de Harvard (EEUU), Margo Seltzer, quien aventuró que en un futuro próximo habrá drones minúsculos capaces de robar nuestro ADN para ofrecer esa información a los gobiernos y las grandes empresas.

Tal vez no haga falta, al menos si nos atenemos a las declaraciones de Eric Schmidt, presidente Ejecutivo de Google, quien está convencido de que en el futuro internet desaparecerá porque acabará por integrarse a cada individuo: "Llevarán encima tantos dispositivos, que formarán parte de su percepción todo el tiempo", explicó. En este sentido, ya en 2013, Scott Huffman, director de ingeniería de ésta compañía, aseguró que "Google cree que en última instancia podrá satisfacer las necesidades de información de las personas mediante el envío de resultados directamente a los microchips implantados en su cerebros". Es decir, llevaremos Internet en el cerebro.
¿Cómo afectará todo esto a nuestra privacidad? Es algo que los "gurus" de la tecnología, como el empresario Anthony Goldbloom, no les preocupa porque están convencidos de que nosotros tampoco. "Los jóvenes -dijo- están dispuestos a vender su privacidad por comodidad. La gente a menudo se comporta mejor cuando tiene la sensación de que sus acciones están siendo observadas".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

La ciber guerra y el Día cero

La naturaleza de la guerra está cambiando y acciones que actualmente no son consideradas como “guerra” podrían convertirse en los pr...

Entradas populares