Buscar este blog

lunes, 9 de octubre de 2017

La historia del virus ébola

La primera vez que se tuvo caso constancia del virus Ébola fue el 26 de agosto de 1976 y en aquella ocasión mató al 85% de los afectados. El agente se identifico durante una epidemia en Yumbuku, localidad situada junto al río Ébola, en la actual República Democrática del Congo (antiguo Zaire). Se cree que el virus se originó en murciélagos y que éstos se contagiaron a los monos, animales que sirven de alimento a parte de la población humana de varios países de esa región centro africana.


Ya en humanos, el Ébola acabaría propagándose en la comunidad persona a persona, por contacto directo con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de individuos afectados, de modo similar al VIH.


El primer caso documentado fue el de un profesor de 46 años llamado Mabalo Lokela, quien acababa de regresar de un viaje por el norte de Zaire. Inicialmente fue diagnosticado como un caso de malaria, debido al cuadro de fiebre alta que presentaba. Fue tratado con quinina y apenas una semana después, los síntomas se agravaron con vómitos incontrolables, diarrea sangrienta, mareos y dificultades respiratorias, muriendo el 8 de septiembre de 1976, apenas dos semanas después de la aparición de los primeros síntomas.

La enfermedad evoluciona rápidamente, en apenas una semana. Su signo más característico es una erupción que cubre el cuerpo del paciente frecuentemente sangrante. El periodo de incubación dura de 2 a 21 días.

Desde su descubrimiento se han registrado diferentes cepas de Ébola, causando epidemias con hasta un 60% a 90% de mortalidad. Los casos han sido registrados en la República del Congo, Costa de Marfil, Gabón y Uganda. es tan mortífero que está considerado como uno de los 10 peores virus de la historia de la humanidad.

Pese a su probable incubación en ciertas especies, el verdadero origen del Ébola es desconocido. La literatura médica afirma que no existe una familia viral con una historia semenjante. Como posibles fuentes de contagio (reservorio del virus), se han barajado arañas, garrapatas blandas, murcielagos y monos, pero no existe evidencia de campo o laboratorio para incriminar a ninguna de ellas.


En 2006, el respetado biologo norteamericano Eric Pianka fue invitado al congreso anual organizado por la Academia de Ciencias de Texas. Aquel año, dicha institución honró al doctor Pianka, nombrandole "científico distinguido". Hasta aquí, todo normal. No obstante, una vez finalizado el congreso, Forrest M. Mims, uno de sus ponentes y a la razón vicepresidente del área de medio ambiente de dicha academia, filtró parte del discurso del agradecimiento de Pianka, el cual, según Mims, se centró <<en la eliminación del 90% de la población actual mediante el virus Ébola>>. Al parecer, como recogía la web de Society for Amateur Scientists (SAS) de EE.UU, Pianka habría alertado sobre los riegos de la sobrepoblación humana. proponiendo alternativas para frenarla.


Según The Citizen Scientist, boletin online de la SAS, Pianka habría dicho que las hambrunas, guerras e incluso el Sida resultaban demasiado lentos para detener el problema de la superpoblación y, por tal motivo, habría planteado la posibilidad de reducir la población mundial a una decima parte de su nivel actual, algo factible haciendo uso del Ébola como arma de <<control>>.

Dada la trayectoria profesional de Pianka, impecable hasta aquel congreso, la noticia de su salida de tono corrió como pólvora. El veterano científico se defendió argumentado que sus palabras se habían sacado de contexto, pero no pudo impedir que agentes del FBI le <<entrevistaran>> en su domicilio de Austin, al objeto de investigar una presunta denuncia por presunto <<fenómeno de bioterrorismo>>.

Sin embargo, el hecho de que el discurso de Pianka fuera malinterpretado, no quita que sus pretendidos argumentos estén en la mente de muchos.

La preocupación de EE.UU y otros países en relación a la superpoblación y el agotamiento de los recursos está bien documentada. Pianka es sólo uno de los tantos cientificos que han razonado esta cuestión. como Paul Ehrlich, autor de La bomba de la superpoblación; o John P. Holdren, asesor en asuntos científicos de la pasada administración Obama, quien en su libro Ecociencia, proponia la esterilización masiva a la población.

Ya en 1974, Henrry Kissinguer, en un informe desclasificado del Consejo de Seguridad Nacional norteamericano, denominado Implicaciones del crecimiento de la población mundial para los intereses y seguridad de EE.UU presentaba toda una declaración de principios acerca de que cualquier deterioro del planeta podía considerarse una ataque a los intereses americanos.

Las amenazas biológicas se miden en lo se denominan niveles de bioseguridad. El nivel 1 son agentes que de ordinario no causan enfermedad en humanos. El nivel 2 corresponde a agentes que sí la provoca, pero cuyo potencial de transmisión es limitado (como el caso de VIH). El nivel 3 los constituyen agentes que pueden ser transmitidos por vía respiratoria y que pueden causar infección seria o fatal. Deben manipularse con bata, guantes, mascara y gafas y, además, precisan laboratorios con presión negativa, que permite al aire entrar pero no salir sin la filtración apropiada.

Y finalmente está el nivel 4 de bioseguiridad. Se usa durante el diagnostico de agentes exóticos que ocasionan enfermedad letal, que pueden transmitirse por aerosoles y para los cuales no existe vacuna o terapia. Los trabajadores deben protegerse con trajes especiales con su propio suministro de aire. Además de las precauciones tomadas en el nivel 3, aquí se emplean tanques y filtros de des-contaminación entre el laboratorio y el mundo exterior.







No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

La ciber guerra y el Día cero

La naturaleza de la guerra está cambiando y acciones que actualmente no son consideradas como “guerra” podrían convertirse en los pr...

Entradas populares