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viernes, 20 de octubre de 2017

Sobre la casuística espectral


La existencia de lugares encantados y presencias fantasmales ha sido aceptada en todas las épocas o culturas. Cada una ha interpretado éstos fenómenos según sus propias concepciones, viéndolos como manifestaciones de otros mundos. Tan sólo en la cultura occidental, con el advenimiento de la mentalidad científica, ha comenzado a rechazarse la existencia de tales manifestaciones. Primero, desclasificándolas como parte de un pasado supersticioso ajeno a la civilización científico-tecnológica. Luego atribuyéndolas a fenómenos naturales interpretados erróneamente o a simple fraude.


Pero no todos los casos de encantamiento y fantasmas pueden explicarse por medio de causas naturales. De hecho, las casa encantadas son los fenómenos paranormales que con más frecuencia saltan a los medios de comunicación. Y según diversas encuestas, percibir una presencia fantasmal es algo mucho más frecuente de lo que podríamos sospechar. El problema es que, tras estudiar en profundidad este conjunto de manifestaciones y enfrentarnos personalmente a las mismas, los investigadores paranormales piensan que se tratan de diversos fenómenos de naturaleza bien distinta.

Algunas apariciones fantasmales podrían ser alucinaciones provocadas por un mensaje telepático emitido por personas a las que nos unen estrechos lazos afectivos y que se enfrentan a una situación crítica o a una agonía mortal. Otras podrían estar relacionadas con el desdoblamiento extracorpóreos o bilocaciones, en los que una persona viva es vista un lugar distinto a aquel donde se encuentra físicamente. Pero eso no explica las múltiples apariciones que tienen lugar tiempo después de la muerte del aparecido, en muchas de las cuales este transmite un mensaje verificable, cuyo contenido era previamente desconocido por el perceptor. Finalmente están las innumerables historias de espectros o aparentes manifestaciones paranormales de alguien que ha fallecido tiempo atrás y parece frecuentar determinado lugar. Muchísimos de estos casos, no pueden ser explicados de la misma forma que los fenómenos producidos -inconsciente o involuntariamente- por personas viva, a los que denominamos poltergeist.

La creencia en dichas manifestaciones espectrales es antiquísima y universal, habiéndose atribuido a la acción de seres como los duendes o a la de humanos desencarnados. Sin embargo, ninguna de estas explicaciones nos permitiría entender las apariciones espectrales de ejércitos, autobuses, trenes, barcos y acontecimientos que son percibidos por ciertos testigos en los lugares donde años atrás se manifestaron físicamente.


Algunos parasicólogos han propuesto hipótesis como la desarrollada por el Dr. Milan Ryzl. Sus investigaciones nos permitirían entender que las personas sensitivas sigan viendo seres o escenas espectrales en diversos sitios donde sucedieran hechos cargados de intenso contenido dramático. Estas apariciones serían producidas por huellas psíquicas de aquellos hechos, reafirmadas por las intensas emociones que han ido provocando a los sucesivos testigos de las mismas. Según esta hipótesis, las manifestaciones espectrales funcionarían de manera similar a una grabación codificada (como ocurre con los vídeos) que, dependiendo de su carga psíquica y otros factores desconocidos, podría ser percibida por aquellas personas capaces de leerla o decodificarla.


Pero solo la búsqueda de nuevas vías de investigación racional nos permitirá desarrollar una teoría capaz de explicar tan desconcertantes fenómenos. En tanto las hallemos, lo absurdo sería negarlos porque no somos capaces de entenderlos.



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