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miércoles, 18 de octubre de 2017

Tor mail: correo anónimo

El proyecto Tor ha pasado por tantas manos que poco queda ya de su planteamiento y filosofía iniciales. Fue creado en 2003 por Roger Dingledine, Nick Mathewson y Paul Syverson, como una continuación de lo que se llamó proyecto Union Routing, financiado por el Laboratorio de Investigación Naval de EE.UU. Un año más tarde, y hasta noviembre de 2005, recibió el patrocinio de la Electronic Frontier Foundation, entidad dedicada a la defensa de las libertades civiles en Internet. En la actualidad Tor pertenece a una organización sin ánimo de lucro con sede en Massachusetts, llamada Tor Proyect. Los fines de esta corporación no van más allá de la educación y la investigación. Sin embargo, tras las revelaciones de Edward Snowden acerca de la intervención de las comunicaciones de ciudadanos por parte de la NSA, los servidores de correo encriptados
basados en Tor, como Tor mail, la han popularizado peligrosamente entre usuarios no experimentados. Estas direcciones de email tienen un formato <<nombredeusuario@tormail.org, y los correos enviados desde las mismas rebotan un numero indeterminado de veces entre los enrutadores de la Red Tor. Estos se comunican con un servidor oculto que hace la entrega, de tal modo que resulta imposible identificar su verdadero remitente.

Durante los últimos años, está teniendo lugar una auténtica guerra abierta entre la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU y el Proyecto Tor. No en vano, ya en 2006 la entidad gubernamental comenzó a analizar minuciosamente el protocolo de encriptación en busca de posibles grietas que ayudaran a rastrear la identidad de cuantos usuarios operan a través de sus redes. En el informe resultante se dejo constancia que los planes de la NSA pasan por hallar un método eficaz que permita terminar con el tráfico anónimo, monitorizando las entradas y salidas a Tor. Gracias a las filtraciones de Edward Snowden, el "excéntrico" de la NSA que reveló el espionaje masivo a las comunicaciones por parte de esa agencia, se ha podido conocer una presentación confidencial del año 2012, en la que este organismo refleja su nueva estrategia contra el programa de acceso a la Deep Web. Esta propuesta planteaba una auténtica campaña propagandística dirigida a degradar el uso de Tor y a hacer que los usuarios no se encuentren cómodos utilizándolo. La NSA concluyó en dicho dossier que no es operativo tratar de que los internautas abandonen el programa por las malas, pues solo podrá acarrear efectos contraproducentes. Según este modelo predictivo, de llevarse a cabo una acción frontal contra el protocolo de encriptación, cabría la posibilidad de que aumentara de manera exponencial la popularidad del programa. En lugar de ello se presenta un proyecto de contrapropaganda con un título particularmente ilustrativo: Tor apesta.


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