Una búsqueda de profesiones es parte del estudio de la Nasa sobre las condiciones para la primera misión tripulada a Marte. Si llegaras a una isla desierta, ¿qué harías para sobrevivir? Crear un refugio, probablemente, estaría entre tus prioridades.
Este pensamiento también se aplica a los investigadores de la Nasa, que están estudiando las condiciones para la primera misión tripulada a Marte.
El viaje es largo y no se pueden llevar a demasiados tripulantes. La conclusión de la agencia, por lo tanto, es que las primeras personas que arriben a Marte, van a tener que aprender a construir con el propio material disponible por allí.
Pero no sirve de nada enviar albañiles a Marte si no sabemos si el suelo del planeta sirve para algo. Y eso es lo que la Nasa investiga actualmente.
En un estudio publicado recientemente, los investigadores utilizaron un material tan parecido a la composición química de la superficie de Marte que tiene el nombre de Mars-1a. Una arena de cristales minúsculos, rica en nanopartículas de óxido de hierro.
El Mars-1a ya existe desde hace un tiempo, pero los científicos tenían que hacer auténticos malabares para transformar esta arena en ladrillos. Un gran número de reactivos químicos, polímeros y el calor eran suficientes para hacer venir a bajo cualquier tipo de construcción que se intentara; por lo que resultaba un material poco práctico para los albañiles recién llegados a Marte.
El gran descubrimiento de los investigadores fue que, después de todo, no era necesario mezclar el suelo marciano con ningún ingrediente; sino sólo compactarlo.
Los científicos compactaron el material a condiciones de alta presión, sólo para ver lo que sucedía. Resultado: una roca más resistente que el hormigón armado. Con la comprensión, las partículas de óxido de hierro servían como agente de enlace en el material, lo que permitía que pudieran ser moldeadas en forma de ladrillo.
¿Pero cuánta fuerza es necesaria? Para algunos milímetros de volumen, sólo el equivalente a una martillada. El siguiente paso es hacer lo mismo con grandes cantidades de suelo.
La gran pregunta, sin embargo, que no se si podríamos llevar la tecnología de compresión a Marte. Esto es posible, pero la Nasa tiene que estar convencida de que vale la pena.
Para ello, necesitamos saber si el suelo marciano reaccionaría de la misma forma que la simulación que hemos hecho en la Tierra. Y esto sólo será posible cuando podamos retirar muestras diferentes del suelo, para realizar pruebas aquí, en la tierra.
Si acaso tienes interés en ser albañil espacial, no pierdas las esperanzas: el propio autor de la investigación ya ha anunciado que estaría más que satisfecho en ser el alfarero oficial del Planeta Rojo.
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