Un equipo de investigadores británicos cree haber descubierto evidencias arquitectónicas de la gran caza de brujas que se llevó a cabo en Escocia a finales del siglo XVI. Esto es, al menos, lo que informaba la web del ayuntamiento de Aberdeen, que ha publicado un articulo con los detalles de varios hallazgos en la capilla de Santa María del Kirk o Iglesia de San Nicolás. Una de esas evidencias es una anilla adosada a un pilar de piedra en el que las autoridades mantenían sujetas a las acusadas. También se han encontrados elementos similares en el campanario de la iglesia, donde las sometidas a aquellos procesos inquisitoriales probablemente permanecían al borde da la congelación, ya que la mayoría de los juicios se celebraron durante el invierno de 1596. Los siniestros hallazgos se están llevando a cabo durante las obras de restauración de la Iglesia de San Nicolás, tareas que se iniciaron con un programa de excavaciones arqueológicas que en sus inicios entre el 2006 y 2007 desveló la existencia de 2.000 cadáveres enterrados bajo la iglesia. Obviamente, ningún esqueleto pertenecían a ninguna de las brujas condenadas, puesto que dicha condición las inhabilitaba para encontrar sepultura bajo suelo sagrado.
Solo en Escocia, aproximadamente el 80% de los acusados en casos de brujería eran mujeres pobres y ancianas a quienes su pobreza, carácter agrio o hábitos extravagantes las convertían en objeto de desagrado o temor por parte de sus vecinos. Entre 1596 y 1597, cuarenta y cinco mujeres fueron juzgadas en Aberdeen como sospechosas de brujería, siendo finalmente ejecutadas 23 de ellas. Otra oleada de caza de brujas se abatió sobre Escocia en la década de 1640. La brujería se consideraba en un principio un crimen eclesiástico, pero en el año 1563 el Acta de la Reina hizo de la brujería un crimen sancionado por el estado.
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