Un caso no resuelto
Una pequeña carretera del condado de Orange, California, en julio de 2008. Aquí tenemos a un conductor llamado Harland G,. conduciendo las seis y media de mañana hacia su trabajo. Estaba bastante cerca, pero como de costumbre, aquel señor se desplazaba en coche para evitar el posible frió de la madrugada. También por comodidad. Es una mañana clara, sin nubes, y las primeras luces del día comienzan a asomar por el horizonte. Es solo un viaje de diez minutos y Harland mientras conduce nota una extraña niebla en la carretera. Parece que se acabo de formar. No es humo. Está muy baja. Quizá un escape tóxico, pero no huele a nada. Que raro. Está delante de él y no puede rodearla, así que pone sus luces antiniebla y sigue conduciendo. En ese momento también cae en la cuenta de que no existe por allí ningún río que pueda generar esa niebla. Harland sigue circulando por la carretera. Esta solo y lleva un minuto conduciendo en linea recta y muy despacio. Delante de él hay unas luces parpadeando. Parece de colores. Rojo, blanco, vienen y van. Se acercan. Harland observa lo que podría ser una ambulancia. <<Esperemos que su conductor vea bien por donde va y no choquemos...>>, piensa sin saber nada de la impresionante escena que le espera. El conductor reduce aún más la velocidad para tener mayor capacidad de maniobra habida cuenta de la densidad que estaba adquiriendo aquella niebla, mientras la ambulancia se acerca y aparece avanzando a cámara lenta sin emitir ni un solo sonido. No se oía nada: ni el motor, ni la alarma, ni el contacto con las ruedas. Nada. el movimiento a cámara hiperlenta pasando junto a él es espectacular, pero lo que más asusta a Harland es la sensación de vacío mientras lo vive, como si estuviera aislado del mundo, como si hubiese abandonado la realidad. Una vez que ha pasado la ambulancia, Harland sale de la niebla y aparece justo en el parking de su trabajo. El viaje duraba diez minutos y como acababa de salir de su casa había algo que no cuadraba: llevaba dos minutos en carretera y ya estaba allí. Había adelantado al tiempo ocho minutos, o mejor dicho había sido teletransportado hacia adelante tanto en el espacio como en el tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario