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jueves, 3 de agosto de 2017

El caso OVNI de Gran Canaria

El caso tuvo lugar en Gran Canaria hace aproximadamente diez años. A pesar de la espectacularidad del mismo, no trascendió más allá del circulo íntimo de los protagonistas. Sucedió durante unas maniobras áereas en la que participaban cazas F-18 del Ejercito del Aire Español con base en Gando y unidades del Grupo de Artillería Antiaérea de Gran Canaria. En la zona comprendida entre la punta de sardina del Norte y el barranco de Juncal se hallaban desplegadas distintas baterías de fuego antiaéreo que automatizan la dirección del objetivo y el momento de iniciar los disparos. Este sofisticadísimo sistema de armas esta dotado de diferentes medios para localizar y simular el disparo de proyectiles a los aviones de combate. Cuando se realizan ejercicios de estas características, se cierra el espacio aéreo para evitar colisiones con tráficos civiles, de modo que los cazas pueden volar a sus anchas recreando situaciones reales de conflicto.

Sobre las nueve de la mañana, con una magnífica visibilidad y escasez de nubes, el informante (un militar que desea mantenerse en el anonimato) nos refirió que estaba realizados barridos con una cámara de vídeo dotada de un potente zoon, a fin de localizar los F-18, cuando en cierto momento detecto un objeto volador metálico de color plateado y aspecto ovoide. Se movía escasa velocidad de noroeste a sudeste, manteniendo su altura y rumbo. Los militares presentes pudieron comprobar que se encontraba por encima de la linea de montañas de la península de Anaga, en Tenerife, y estimaros que el OVNI podría medir unos treinta metros de longitud. El no identificado estaba desprovisto de ventanas, remaches o cualquier otra características y brillaba a causa del reflejo de la luz solar.

Muy sorprendidos, se aproximaron al monitor de vídeo para ver más de cerca al <<intruso>>, que surcaba los cielos lentamente, invadiendo el espacio aéreo que había sido restringido para toda aeronave que no participara de los ejercicios militares. tras unos segundos de sorpresa decidieron <<captar>> el OVNI con los distintos sistemas disponibles. Empezaron empleando el radar, pero no obtuvieron el eco del No identificado. Sin embargo, el impacto de las ondas hizo que la extraña aeronave se detuviera en seco.  permaneciendo estática en lo alto. Acto seguido, la enfocaron a través de detectores infrarrojos y otros medios, comprobando que no emitía calor. Los militares concluyeron que el objeto no estaba provisto de motores de combustión. El OVNI no tardó en proseguir su marcha al tiempo que los testigos empleaban un telémetro láser para marcar la distancia con el mismo, puesto que este artilugio dispone de mayor alcance que el radar. En el momento de realizar el disparo del haz de luz invisible sobre el ovoide, éste se detuvo nuevamente, regresando por donde había venido. Poco después, desapareció en un visto y no visto a una velocidad extraordinaria, como si fuese a salir a la estratosfera.

Los militares quedaron muy sorprendidos, pues jamás habían visto nada igual. Pese al lógico estado de shock, enseguida trataron de encontrarle una explicación al avistamiento, pero vieron lo que vieron y las máquinas no pueden sugestionarse. Por otro lado la enorme aceleración a la que desapareció el objeto esta muy lejos de la tecnológia humana. Superaba unas veinte veces la que puede alcanzar un caza moderno.

Gracias al telémetro láser supieron que el OVNI se hallaba a unos 27 kilómetros entre las islas de Gran Canaria y Tenerife. Por desgracia, no tuvieron tiempo para grabar imágenes ni obtener pruebas adicionales. Semejaba que el objeto campaba a sus anchas por la zona, reaccionando solo cuando fue detectado por los medios telemétricos.

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