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viernes, 25 de agosto de 2017

La Copa de Cristo el Mago

Desde que fue hallada en el antiguo gran Puerto de Alejandría, al norte del país del Nilo, podría constituir la evidencia arqueológica más antigua conocida que, supuestamente, hace referencia a Jesús, su descubridor el arqueólogo submarino Franck Goddio se ha escrito ríos de tinta al respecto.

Tiene un diámetro de solo nueve centímetros y pesa poco más de 200 gramos, pero podría convertirse en una de las piezas arqueológicas más polémicas de los últimos años. Se trata de una vasija o copa de barro descubierta por el submarinista y arqueólogo aficionado Franck Goddio y su equipo, durante una excavación submarina en el antiguo puerto de Alejandría (Egipto). En apariencia, parece una pieza más de las muchas que aparecen todos los años en las excavaciones egipcias, pero esta cerámica -datada en la primera mitad del siglo I a. c-cuenta con una misteriosa inscripción que la hace muy especial. En concreto, la leyenda epigráfica esta escrita en griego, y consta de una sola frase: <<DIA CHRISTOU O GOISTAIS>>. Los miembros del equipo de Goddio creen que dicha frase podría significar <<por cristo el mago>> o bien >>mago por la gracia de cristo>>.

En cualquiera de los dos casos y de confirmar su autenticidad, estaríamos ante la pieza arqueológica más antigua que hace mención al personaje de Jesús. <<Podría ser una referencia a Jesucristo, en tanto que era el principal exponente de la magia blanca>>, indicó el investigador francés. En opinión del egiptólogo David Fabre, del Instituto Europeo de Arqueología Submarina, la vasija pudo pertenecer a un mago de Alejandría, dedicado a decir la buena fortuna, a quien habría usado el nombre de Cristo en la copa en un intento de legitimar sus poderes, pues según las Escrituras, Jesús tenía fama de mago por sus frecuentes milagros. Esa misma hipótesis es sostenida por André Bernand, un experto epigrafista afincado en París, para quien la inscripción significaría <<Mago a través de Cristo>> o Mago gracias a Cristo.

Otros expertos, sin embargo, ofrecen una lectura bien distinta. Para Bert Smith, profesor de arqueología clásica en la Universidad de Oxford, la copa podría ser en realidad un regalo ofrecido por alguien llamado Chrestos -un nombre griego bastante común en la época- a una posible organización religiosa llamada Ogoistais. Esta teoría también le parece factible a Klaus Hallof, director del Instituto de Inscripciones Griegas de Academia Berlín-Brandenburgo, para quien la palabra Ogoistai podría estar relacionada con ciertos grupos religiosos que adoran a dioses griegos y egipcios primitivos, como Hermes, Atenea o Isis. En una postura mucho más crítica, otros estudiosos se han mostrado tajantes en lo que respecta a la pieza. Para Antonio Lombatti, investigador italiano autor del blog Psuedoscienze cristiana (Pseudociencia cristiana), el hallazgo es pura y simple falsificación. <<No necesitas un análisis microscópico de la inscripción. Si el objeto fue encontrado realmente bajo el mar, es imposible que el grabado permanezca casi inalterado. Tengamos en cuenta que son casi 2.000 años de antigüedad>>. Una dura crítica que comparte el teólogo y experto en asuntos bíblicos Jim West.


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