La encrucijada de Pilato

La decisión 

El autor del libro La decisión de Pilato, Juan Ignacio Moreno considera que los acontecimientos ocurridos en Roma son Tiberio influyeron de forma determinante el la en la decisión final de Pilato en el juicio contra Jesús: "Los romanos eran extremadamente garantistas, con lo que hemos de pensar que tuvo un juicio correcto, con un tribunal y unas actas que se enviarían a Roma y en las que se detallo todo lo ocurrido  en aquellas horas", explica Moreno.

Entonces ¿como se llegó a ese desenlace? Una de las principales claves además de la necesidad de no generar revueltas en la ciudad que tantos beneficios aportaba al Imperio del Templo de Jerusalén, tiene que ver con la situación de Pilato ante el César. Tiberio, sumido en un proceso depresivo, había delegado poderes absolutos en la figura del general Lucio Aelio Sejano, quien colocó a gente de su confianza en puestos clave, como sería el caso de Pilato. La ambición de Sejano hizo que tiempo después, y con el emperador Tiberio de vuelta, fuese ejecutado y se iniciara una caza de brujas de todos sus posibles simpatizantes, estando por tanto Pilato posiblemente en el punto de mira del César. Durante el juicio contra Jesús el prefecto aposto por la inocencia del Galileo hasta que, al final, Caifás y los suyos jugaron su última baza. Apuntaron que el acusado quería igualarse a Dios, y por los tanto al César, como se puede leer en el Evangelio de Juan: "Este rabí se ha proclamado rey divino, porque pretende ser hijo de Dios y Mesías de Israel. Esto lo hace igual al César, ¡ si lo sueltas es que estás contra el César!".

Curiosamente, Pilato nunca compareció ante Tiberio y su más que probable represalia, pues el emperador falleció el 16 de marzo del año 37, justo cuando el prefecto se dirigía a Roma a rendirle cuentas por unos graves disturbios ocurridos ese mismo año en Samaria. A partir de ese momento se pierde para siempre la historia de ese personaje.