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martes, 23 de enero de 2018

Los caminantes de Rapa Nui

Terry Hunt (Universidad de Hawaii en Manoa) y Carl lipo (Universidad Estatal de California), han llevado ha cabo un experimento que ha dado forma a esta fábula de los isleños. Han puesto a caminar una réplica de un moaí de 5 toneladas (los originales pesan hasta 90 toneladas). Dieciocho hombres formaron tres equipos, ataron cuerdas a su cabeza y se colocaron dos a los lados y otra detrás del monolito en posición vertical. Tensando y destensando las cuerdas de manera coordinada, consiguieron que el moaí se balanceara y avanzara sin caer.

De acuerdo con una articulo publicado en la edición reciente de la versión peruana de la revista National Geographic, Hunt y Lipo plantearon que las estatuas fueron trasladadas así a kilómetros de distancia desde la cantera del volcán Rano, lugar donde eran talladas. Las dificultades de esta hipótesis son obvias, ya que el terreno no es regular en la isla, sino que en su mayoría es angosto y con desniveles; lo que de por sí también ofrece una explicación a las numerosas estatuas rotas que se encuentran a lo largo de los caminos, probablemente las que fracasaron en su intento de desplazarse.

Hasta hace poco la imagen que todos evocamos en nuestras mentes cuando pensamos en los guardianes de Rapa Nui es la de enormes e hieráticas cabezas, a veces con inquietantes placas en los ojos, enterradas en las laderas volcánicas de las islas. Sin embargo, Jo Anne Tiburg, directora del Easter island Project, lleva 20 años excavando en Pascua y comprobando que hay bajo estas imponentes testas. "Llegue a la isla de Pascua en 1981. Me quede impresionada con la cantidad de estatuas sobre la superficie. Yo quería saber lo que había por debajo", declara. Portentosos cuerpos labrados con sorprendentes jeroglíficos han sido sacados a la luz por su equipo. Actualmente está preparando la sexta campaña programada en la isla, que deberá ejecutarse próximamente.

El Easter Island Project es el único proyecto de excavación científico y gracias a su labor han inventariado más de 500 herramientas de piedra, los útiles con los que fueron talladas las estatuas, "desde grandes picos pesados y finas herramientas de basalto y obsidiana para terminar los detalles, a herramientas para frotar y pulir la superficie", explica Tiburg. También han encontrado marcas de soga en algunas estatuas.


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