Los chiís y sus profecías

Las profecías del islam coinciden con las bíblicas en la descripción de los graves sucesos que conducirán al fin de nuestra era y al comienzo de una nueva edad de oro. Estos nos recuerdan la aceleración de todos los acontecimientos que hoy vivimos y aún más la irrupción de un terrorismo islamista que avanza imbatible en Siria e Irak, donde según éstas hará su aparición el <<mentiroso>>, Anti-cristo anunciado por Mahoma, que será una coalición occidental y otra supuesta alianza entre muchos pueblos musulmanes y rusos llegados de Ucrania: el armagedón. ¿Son meras fantasías apocalípticas o debemos prestarles atención?

<<En los últimos tiempos -asegura un importante augurio atribuido a Mahoma- mi gente se verá afligida por calamidades terribles y sin precedentes por culpa de sus gobernantes...La persecución y la injusticia envolverán al mundo, y los creyentes no encontrarán refugio para estas torturas. En ese tiempo Allah hará surgir de mi descendencia a un hombre que establecerá la paz y la justicia en esta tierra>>.

Otros muchos hadices o profecías se refieren al Mahadi (<<el bien dirigido o guiado por Allah>>) como un individuo excepcional, que aparecerá al final de este ciclo para ayudar a Jesús a destruir al anti-cristo e instalar una edad de oro. Este anuncio es también aceptado por los sunnis, algunos de cuyos principales maestros sufíes consideran que su manifestación tiene una naturaleza espiritual se dará en un plano sutil al igual que la segunda venida de Cristo. Mientras la mayoría de sus ulemas o maestros religiosos considera que nacerá en la santa ciudad árabe de Medina. Pero los chiís, -mayoritariamente persas- basan toda su fe en su reaparición en cuerpo físico, pues sus más importantes tradiciones lo identifican con el desaparecido hijo pequeño de su último imán o sacerdote, descendiente de Alí, primo y yerno del Profeta, a quien sus adversarios sunnis asesinaron para arrebatarle el califato. Ya desde el siglo IX, tanto en uno como en otro bando, surgieron numerosos personajes que fueron venerados por sus seguidores como la encarnación del Mahadi, generando movimientos revolucionarios que pusieron en jaque a las autoridades locales o a los invasores ingleses o franceses, como los almohades o los rebeldes de la jartun, y también corrientes religiosas consideradas heréticas por las mayorías, algunas pacíficas y universalistas como la corriente Ahmadiya de la fe Bahai.