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viernes, 8 de junio de 2018

Sexo sagrado





Una de las vías actuales más populares para para obtener una experiencia espiritual trascendente es explotando la sexualidad más allá de los límites del cuerpo, con técnicas sexuales eróticas como el tantra yoga o simplemente el sexo grupal. No obstante, en numerosos informes, investigadores como Georg Feunerstein, Jenny Wade y Danielle Sokol han llegado a la conclusión de que los iniciados en técnicas sexuales especiales (rituales preparatorios, prácticas intensas de concentración y meditación), parecen tener más control sobre los componentes energéticos y fisiológicos que los practicantes no entrenados, hay asimismo muchos amantes normales que sin ninguna preparación en dichas técnicas consiguen alcanzar una dimensión espiritual superior durante la práctica sexual a causa de los cambios neurofisiológicos que se producen durante la misma, sobre todo si hay orgasmos,. Así lo atestiguan numerosos testimonios recopilados por la psicóloga transpersonal Jenny Wade, del Institute of Transpersonal Psichology de Pala Alto, (California), y autora de la obra Trascendent sex (2004). Wade entrevistó a 91 testigos de diferentes grupos étnicos y religiosos que habían tenido tales experiencias espontáneamente, ninguno de ellos había utilizado drogas psicotrópicas ni eran practicantes de disciplinas espirituales como el tantra.  En general los testigos hablaron de la belleza y del conocimiento espiritual que la sexualidad les había aportado y concedieron menor valor a la intensidad de las sensaciones físicas que a los fenómenos psicológicos experimentados. Estos últimos son precisamente lo que aportan a los amantes la impresión de haber tenido una experiencia espiritual. ¿Debe sorprendernos las mismas claras similitudes con los estados místicos? Los estudios realizados, entre otros, por Aldous Huxley (1945) para delinear el contenido de las experiencias místicas, detallan características prácticamente idénticas a las que definen las experiencias sexuales trascendentes , al menos en los esencial: el yo y el mundo natural se perciben como trascendencia, experiencia alterada del tiempo, bendición y amor. 

Se habla que los testimonios de los auténticos amantes hablan de una fusión, de la sensación de convertirse en un solo cuerpo, de ver luces, oír sonidos...Jenny Wade concluye <<Puede que la sexualidad no sea el sendero supremo -tal vez ni siquiera sea importante-, pero es un sendero que no solo une la mente, sino también el cuerpo y el corazón mediante la unión de otro cuerpo humano con el absoluto es decir con Dios>>. 

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