En agosto de 2012 falleció Amparo Cuevas, la supuesta vidente de las apariciones marianas del Escorial. trances místicos, bilocaciones, estigmatizaciones olores y perfumes extraños, fotografía anómalas y curaciones milagrosas...Un rosario de prodigios se había producido en torno a esta misteriosa mujer durante las pasadas décadas.
Amparo cuevas nació en el seno de una familia humilde, en un caserío llamado el Pesebre de Peñascosa, en Albacete, el 13 de marzo de 1931- Su infancia no fue fácil. Paso su niñes entre orfanatos y casas familiares, hasta instalarse en Madrid. A los 26 años se caso con Nicassio Barderas, Fruto de su matrimonio tuvo siete hijos, uno de ellos, Jacinto Jesús, falleció por culpa de una sobredosis de heroína en 1966. Su vida siempre estuvo marcada por enfermedades. No en vano, en 1970, tuvo una primera visión celestial...tras una operación quirúrgica: en la misma se le apareció un hombre con barba, tez moren y ojos verdes. Visiones que se repitieron tres años más tarde, durante una peregrinación a Lourdes en la que, supuestamente, sanó milagrosamente de varios dolencias. Instalados en la localidad madrileña de el Escorial, Amparo y su marido llevaron una vida sencilla, Nicassio labraba un huerto y trabajaba como portero en el número 7 de calle santa Rosa, el mismo inmueble en donde Amparo trabajaba como asistente en casa de la familia Martinez. Poca más se sabe ya que desde que comenzaron las apariciones de supuestas entes marianas y las autoridades eclesiásticas le recomendaron prudencia -en 1985-, su vida estuvo marcada por el más absoluto secretismo. Tras la advertencia religiosa institucional, Amparo Cuevas, no volvió a conceder entrevistas. Aquel alejamiento se prolongó incluso el mismo día de su funeral, en el que no se le permitió la entrada a periodistas ni cámaras de televisión.
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