Misteriosos rituales en el inframundo de Roma

En siglo I d.C. el senador Tito Estatilio Tauro, uno de lo hombres más ricos del Imperio romano, disfrutaba de una capilla privada y subterránea en el centro de Roma. La razón de que el edificio estuviese bajo tierra. tuvo que ver con sus gustos en materia religiosa, pues Estatilio Tauro había instituido una sociedad secreta de corte mistérico. Eso lo intuimos hoy, gracias a los trabajos de restauración llevados a cabo en la basílca de Porta Maggiore -nombre oficial del sitio-, tareas que han dejado al descubierto pinturas y relieves en la que aparece representadas criaturas mitológicas y personajes como Orfeo. Así, ahora se sospecha que la capilla del influyente cónsul fue una especie de templo neopitagórico  donde seguramente se celebraban ceremonias iniciáticas y rituales relacionadas con el orfismo y la magia Egipcia. Por desgracia para Tito Estatilio, algunos de los miembros de su secta no guardo la debida discreción, y la naturaleza de dichos rituales llegó a oídos de la emperatriz Agripína, quien al parecer llevaba tiempo buscando una excusa para arrebatar su fortuna al poderoso senador. Casi de inmediato, Tito Estatilio Tauro fue acusado de practicar la magia negra y, lo que era aún peor, el neopitagorismo. <<En aquella época se veneraban muchos cultos, y el imperio era tolerante con la mayoría de ellos, pero el neopitagorismo era visto como una amenaza para el Estado, pues rechazaba que los emperadores fuesen mediadores divinos entre mortales y los dioses>>, puntualizaba en The Telegraph Giovanna Bandini, responsable del sitio arqueológico. Finalmente abrumado por las acusaciones e investigado por el Senado, Estatilio Tauro prefirió suicidarse antes de ser sometido a juicio.