¿Tenemos todos un doble?

La sorprendente historia de Humberto I
Una de las historias -con tintes de leyenda- de dobles más famoso es la protagonizada por el rey Humberto I de Italia y su doble pizzero. El 28 de Julio de 1900, el monarca se encontraba en la localidad italiana de Monza para presidir una competición deportiva. Más tarde cuando visitaba la ciudad, el dueño de una pizzería salió a darle la bienvenida, momento en el que todos los presentes constataban que éste hombre y el rey eran como dos gotas de agua. El monarca intrigado comenzó a preguntarle detalles sobre su vida, y descubrió que también se llamaba Humberto y que ambos habían nacido el 14 de Marzo de 1844 en la misma localidad: Turín. Por si fuera poco, se casaron el 22 de Abril con dos mujeres  que se llamaban Margherita, sus hijos fueron bautizados como Vittorio, y el mismo día de 1878 en que Humberto fue coronado, el pizzero abría su restaurante. Entre risas por tanta coincidencia, el rey nombró al restaurador caballero de la corona de Italia y lo invito al palco para que al día siguiente vieran juntos la competición. Pero su alter ego nunca acudió. Cuando esa mañana se dirigía a las puertas del estadio fue abatido por un disparo accidental. Apenado por el fatal acontecimiento, el monarca se comprometió a ir a su entierro. Pero nunca pudo cumplir su palabra porque ese mismo día un anarquista llamado Gaetano Bresci surgió de entre la multitud para asesinar al rey Humberto I de Saboya de tres disparos a boca jarro.
El profesor de física y astronomía de la universidad de Pensilvania (EEUU) Max Tegmark, sontiene que por extraño e inverosímil que parezca la idea de tener un alter ego, debemos ir acostumbrándonos a ella. Los átomos que componen la materia poseen un número finito de combinaciones posibles, aunque éste sea extraordinariamente alto. Si esto es verdad el más conocido de los modelos cosmológicos actuales predice que todos tenemos un gemelo en un radio de 10,10^28 metros de distancia. Esta estimación se deduce de nociones de probabilidad elemental, puesto que ni siquiera en necesario utilizar la moderna física especulativa. En el espacio infinito incluso los hechos más improbables pueden llegar a ocurrir. Según esta teoría existen una enormidad de planetas que contienen personas con el mismo aspecto que las que habitamos en la tierra.