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martes, 26 de septiembre de 2017

Ouija online


Sin duda alguna, el método más popular para contactar con ese supuesto <<otro lado>> es la ouija. La revolución de Internet no ha olvidado al mítico tablero. Al contrario una simple búsqueda por la Red nos ofrece miles de ouija online, cuya diferencia con las clásicas radica en el movimiento del máster sobre las letras del tablero en pantalla viene impulsado por algoritmos informáticos. En el fondo este tipo de recurso cibernético nada tiene de enigmático, Actúa como un típico bot de los muchos que nos salen al paso mientras navegamos por Internet para dialogar con nosotros. En otras palabras se trata de una aplicación interactiva donde las preguntas y respuestas han sido previamente programadas por los diseñadores del juego y generan la sensación de que estamos conversando con alguien real al otro extremo del chat. Por lo tanto, que la ouija online se viva o no como una experiencia sobrenatural depende de la actitud del usuario y de su grado de implicación en el juego. Existe otra versión de la ouija digital que carece de algoritmos informáticos. Sencillamente es un tablero virtual donde el máster se mueve con el ratón o directamente apoyando el dedo en el mismo, siempre que la pantalla sea táctil. En este caso, la experiencia se puede realizar en grupo como si de una ouija convencional se tratase.


Las ouijas informáticas no han aportado ninguna novedad digna de mención con respecto a los tableros tradicionales y, desde luego, no están libres de sus efectos más dramáticos. En octubre de 2015, la joven peruana de 18 años Patricia Quispe decidió descargarse una aplicación en el teléfono móvil. Trataba de una versión online de la ouija, con la que empezó a jugar junto a varias amigas. Una vez de vuelta a casa, y pasado apenas unos minutos, Patricia transformo su personalidad. Perdió el control del cuerpo, cambio la voz por otra más potente que llamaba reiteradamente al diablo, mientras le dominaban las más violentas convulsiones y vertía espuma blanca por la boca. Sus familiares la ingresaron en urgencias en un centro de salud temiendo que hubiera consumido algún tipo de droga. Por su parte, los médicos tuvieron grandes dificultades para controlar a la paciente, que se revolvía con enorme fuerza y gritaba pidiendo su móvil, mientras decía <<Mamá estos médicos no saben lo que están haciendo, llevenme a casa>> o repetía la cifra <<666>>. Tras contactar con las amigas de patricia, los doctores llegaron a la conclusión de que el detonante de su furibundo comportamiento pudo ser el manejo de la ouija descargada en su móvil.


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