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jueves, 28 de septiembre de 2017

Progresiones: ¿podemos recordar el futuro?

Podría parecer la obsesión de un novelista de ciencia ficción o, tal vez, el sueño de un loco. Sin embargo los viajes al futuro son tan reales y posibles en lo que al psiquismo se refiere como lo son las regresiones al pasado o el propio presente. De la misma manera que una persona, y otros estados alterados de conciencia, podría viajar al pasado de la vida actual y, en algunos casos a vidas anteriores, con la mismas técnicas un individuo puede recordar su futuro. A este fenómeno se le denomina <<progresión>>.

Esta idea la desarrollaron los antiguos griegos, para quienes el tiempo y el espacio eran como un circulo infinito; el eterno retorno de lo idéntico del que habla Nietzsche. Para los griegos, todo aprendizaje era un recuerdo, puesto que la vida no era sino un acto de rememorar el conocimiento que el alma había olvidado en el instante de encarnarse en un cuerpo físico. Según los defensores de la progresión, la razón por la que ésta es posible reside en el inconsciente. En las profundidades de la mente estaría el futuro, que consistiría en una proyección de los miedos y los deseos más profundos; el karma de cada persona. Tal idea fue verificada al principio del siglo XX, por Albert de Rochas, pionero de la práctica de la progresión bajo hipnosis. El hizo <<avanzar>> a sus pacientes a momentos futuros de sus vidas actuales, o incluso hacia hipotéticas existencias futuras en las que vieron cumplidos sus miedos o sus deseos.

Si el futuro de cada individuo está en el inconsciente, también lo está el porvenir de todo el cosmos. Al igual que, según algunos científicos, el cerebro sería una réplica del Universo, éste también contaría con un soporte físico, a escala cuántica, por el inconsciente colectivo que definió Jung, puesto que a dicha escala es factible concebirlo como una inmensa red ininterrumpida que conecta a todos con todo.

Si el futuro reside en el inconciente y somos capaces de recordarlo, ¿podría asimismo programarse para intentar alterarlo? Javier Dorfil, psíquico y psicoanalista, afirma que todos los seres humanos somos dueños de nuestro destino, en el sentido de que podemos cambiarlo y programarlo a nuestro antojo. en su opinión, la progresión no es más que una <<auto programación del futuro, en la que intervienen factores psicológicos y espirituales>>, Dorfil concibe la vida como un juego en el que cada persona desempeña un papel, y quien decide programar su futuro tiene una ventaja sustancial sobre los otros jugadores, puesto que se está preparando para que aquello imagina cristalice en una realidad efectiva. Cada persona, en lo más profundo de su ser, sabe lo que desea, y como se siente bien en armonía consigo mismo y con su entorno; en definitiva, reconoce la felicidad. 

La hipnosis es el medio más común para conseguir que una persona pueda <<recordar su futuro>>. El hipnólogo Richar Bru está trabajando en un ambicioso proyecto de investigación relacionado con la progresión: El programa de Visión Remota. A grandes rasgos, éste consiste en experimentar la hipnosis progresivas con personas sensibles, haciéndolas viajar hacia un futuro inmediato. Se les pide que se concentren en temas muy genéricos, como asuntos políticos. La técnica para lograrlo es la estimulación de algunos de los cinco sentidos. Uno de los más recientes descubrimientos le a permitido conseguir que los sujetos viajen al futuro.

El programa de Visión Remota  tiene como fin investigar el fenómeno de viaje en el tiempo y, sobre todo arrojar más luz sobre las progresiones. Por ello Bru insiste en que hay que trabajarse sobre argumentos genéricos, pues de esa manera no se puede perjudicar al sujeto que vive en la progresión. En cuanto a los escenarios en los cuales se manifiesta la progresión, casi todos los especialista en el tema apuntan a que son metafóricos, pues poseen la ineludible impronta del filtro personal; aunque las últimas hipótesis argumentan que los elementos que aparecen en un viaje al futuro son símbolos que llevan implícitos lo que será.


De la misma manera que en una terapia psicológica es conveniente regresar al pasado para encontrar las causas de los problemas actuales de las personas y así tratar de solucionarlos, la progresión al futuro podría tener un componente terapéutico. La doctora Máriat Bernabé, directora del Centro de Estudios Superiores de Terapia Regresiva según el Dr Brian Weiss (CITAR), emplea progresión en el marco de terapia regresiva a otras vidas.

En cuanto a progresiones a vidas futuras, Máriat Bernabé afirma que <<también hay que tener mucho cuidado, porque en esencia, son lo mismo que las progresiones a la viada presente>>. El viaje a esas existencias podría resultar beneficioso para un individuo que esté hundido a causa de la muerte de un ser querido. Con la progresión podría proyectarse a una hipotética vida futura junto al ser amado que ha perdido, y esto podría suponer para él un mensaje de esperanza.

Pero la capacidad de activar nuestra hipotética <<memoria del futuro>> no siempre siempre se produce a causa de experiencia traumática; a veces puede ocasionarla un deseo profundo del ser. Javier Dorfil relata la historia de una mujer de la limpieza que, hastiada por no sentirse valorada empezó a verse a sí misma dando clases de medicina a un grupo de alumnos en un gran edificio. Cuatro años después, tras haberse cambiado de empleo, el dueño del herbolario donde atendía el teléfono se enamoró de ella y la animó a estudiar Naturopatía. Al culminar sus estudios fundó una escuela donde imparte clases de Medicina Natural. <<El gran anhelo de esta mujer era el reconocimiento laboral>>, y esto marcó su futuro, concluye Dorfil.


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