El diario The Siberian Times informaba recientemente de un nuevo y sensacional descubrimiento en el complejo de cuevas de Denisova, célebre yacimiento ubicado en el macizo de Altái, en Siberia, y cercano a la ciudad de Chiorny Anui. En esta ocasión se trata del descubrimiento de una sofisticada aguja de hueso. Aunque no es la primera vez que aparecen agujas en Denisova, las anteriores se habían extraído en cepas arqueológicas, <<recientes>> de las cuevas.
Por el contrario, ésta ha sido hallada en un estrato inferior y los científicos que la han analizado le atribuyen una antigüedad en torno a los 50.000 años, datación muy baja si tenemos en cuenta que la horquilla para el llamado hombre de <<Denisova>> va desde esa fecha hasta 170.000 años atrás.
Con 7,6 centímetros de largo y fabricada a partir del hueso de un pájaro de una especie desconocida, la aguja posee un acabado asombrosamente moderno, que no parece corresponderse con la época en que fue elaborada. No obstante, como con casi todo lo relacionado a los remotos pobladores de Denisova, el problema tal vez resida en las ideas preconcebidas acerca de las capacidades de los habitantes de esa región de Siberia, a los que recientemente se les <<concedió>> su pertenencia a una especie distinta tanto de Homo Sapiens como de Neandertales, si bien la genética del hombre de Denisova tiene rasgos comunes con estos últimos. A propósito de esta cuestión, en abril de 2016 supimos que los pobladores actuales de Melanesia, una región del Pacífico distante miles de kilómetros de Siberia, tenían hasta un 4% de genes denisovanos, un inquietante descubrimiento que volvió a reabrir el debate sobre cual fue el grado de <<mezcla>> entre el Homo Sapiens y el resto de las especies de homínidos con los que coincidió temporal y espacialmente.
Con 7,6 centímetros de largo y fabricada a partir del hueso de un pájaro de una especie desconocida, la aguja posee un acabado asombrosamente moderno, que no parece corresponderse con la época en que fue elaborada. No obstante, como con casi todo lo relacionado a los remotos pobladores de Denisova, el problema tal vez resida en las ideas preconcebidas acerca de las capacidades de los habitantes de esa región de Siberia, a los que recientemente se les <<concedió>> su pertenencia a una especie distinta tanto de Homo Sapiens como de Neandertales, si bien la genética del hombre de Denisova tiene rasgos comunes con estos últimos. A propósito de esta cuestión, en abril de 2016 supimos que los pobladores actuales de Melanesia, una región del Pacífico distante miles de kilómetros de Siberia, tenían hasta un 4% de genes denisovanos, un inquietante descubrimiento que volvió a reabrir el debate sobre cual fue el grado de <<mezcla>> entre el Homo Sapiens y el resto de las especies de homínidos con los que coincidió temporal y espacialmente.
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