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sábado, 26 de mayo de 2018

¿Como se levantaron los bloques de Stonhenge?







La pregunta que se plantea cualquier visitante es: ¿como pudieron levantar colosales bloques de piedra arenisca los hombres del neolítico hace casi 4.000 años?

Este interrogante fue quizá el primero que se plantearon los investigadores cuando ya en el siglo XIX comenzaron a estudiar la naturaleza de Stonhenge con interés científico. Las primeras teorías iban encaminadas a los métodos tradicionales, como el de usar grandes troncos de madera para hacer rodar los bloque de piedra desde las canteras de donde fueron extraídas hasta la planicie de Amesbury. Pero las canteras están realmente lejos. Algunas de ellas se encuentran al suroeste de Gales, a más de 200 km, y un trabajo con esta metodología parece poco probable.

Al no haber evidencias arqueológicas de ningún tipo, las teorías que se han propuesto son de lo más variado y en ocasiones sorprendentes.

Este es el caso de la hipótesis de trabajo apuntada por arqueólogos de la Universidad de Exeter (Reino Unido), en 2010, quienes señalaron que los bloques de piedra se pudieron haber rodeado de mimbres haciendo así un ovillo gigante, redondo, al que solamente había que empujar y dejar rodar por el camino hasta el emplazamiento en el que se quería dejar. Allí se desmontaría el ovillo y, ayudándose de herramientas y métodos tradicionales se erigirían los enormes bloques. Pero las piedras que forman algunos dólmenes de Stonhenge son enormes, 4,5 m de alto y 25 toneladas de peso. Resulta extraño imaginarse un grupo de varias decenas de personas corriendo detrás de una enorme bola de mimbre de ese peso por la campiña inglesa. La arqueología experimental ha demostrado este método con bloques de pequeño tamaño, de apenas 50 cm de alto. Efectivamente, el sistema funciona, pero cabe plantearse serías dudas para piedras de un tamaño diez veces mayor.

Como ya hemos dicho antes, en primer lugar se pensó en el empleo de árboles para hacer rodar las piedras: Pero no hay evidencias de ello, por lo que se ha buscado otras opciones. Una de las últimas en ser testadas por la comunidad científica, aún reconociendo que no es más que una propuesta sin respaldo arqueológico, es el empleo de una suerte de rodamientos de piedra para hacer girar los enormes bloque sobre correderas de madera. Así se haría una serie de raíles acanalados en los que se introducirían piedras más o manos esféricas y del tamaño de una pelota de tenis, que ayudarían a hacer girar los bloques que se depositaban encima, empujándolos con palancas o la simple fuerza bruta de los obreros. Este trabajo, realizado en 2010 también por arqueólogos de la Universidad de Exeter, en palabras del arqueólogo Bruce Bradley, "demuestra que el sistema funciona aunque no podemos decir que ellos lo emplearon". 

En la actualidad, al igual que sucede con otros muchos otros enigmas constructivos de la Prehistoria o de la antigüedad, como las pirámides  de Egipto, la resolución del problema sigue siendo un enigma para la comunidad científica.

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