Cuando eran casi las dos menos veinte de la madrugada, el todo terreno oficial en el que se desplazaban los dos guardias abandonó el asfalto de la carretera RM-D21 para dirigirse hasta el camino de las calas, en el paraje de Puntas de Calnegre. En ese momento, el cabo primero que conducía el vehículo, apagó el alumbrado del mismo para poder acercarse a la costa sin ser vistos por los posibles contrabandistas, puesto que la luz de la luna permitía una conducción segura a baja velocidad. Para concentrar todos sus sentidos en el volante, Juan Soler bajo el volumen de la radio. Cuando el reloj marcaba las 1:40 horas, el coche alcanzó la parte más alta del camino, justo donde comienza el descenso que conduce hacia las calas y playas. Con el vehículo aparcado al borde del camino, los agentes se apearon para otear el horizonte. En ese preciso instante llamó su atención un potente foco luminoso estaba sobrevolando el montículo que corona el saliente de cabo Cope.
A pesar de la distancia que separaba a los agentes del lugar, sobre el que se encontraba aquel objeto -más de 10 km en linea recta-, la buena visibilidad de esa noche y la potente intensidad de la luz les permitía observarla sin dificultad, hasta el punto de que ambos pudieron comprobar que se trataba de un objeto grande de forma ovalada, cuya superficie parecía emitir una luz de varios colores, principalmente de tonalidades rojizas sobre otras verdosas y blancas. El No Identificado se movía en círculos, ascendiendo y descendiendo. En opinión del testigo, daba la sensación de que estaba buscando algo en la zona.
Mientras la extraña aeronave iba tomando altura y poniendo rumbo hacia el mar, alejándose de cabo Cope, de modo que los agentes decidieron dirigirse hacia otro emplazamiento desde el que continuar la observación con mayor visibilidad, una pequeña explanada que se asoma hacia el mar desde lo alto de la costa -a unos 50 metros sobre la playa-, en un lugar cercano al paraje conocido como Casa del Abogado. Desde aquella atalaya, los guardias podían contemplar la linea de la costa, los caminos que recorren el litoral y se alejan del mar, las calas y las playas.
Al llegar a la posición descrita, el cabo primero tomó el micrófono con la intención de informar a la Central Operativa de Servicios (COS) sobre el fenómeno avistado, pero no consiguió comunicarse a pesar de los reiterados intentos. El radio teléfono había enmudecido. Aquello sorprendió a los agentes, pues en anteriores ocasiones que se habían situado en aquel emplazamiento nunca habían tenido problemas para contactar con la central y las demás patrullas.
Media docena de humanoides
Mientras tanto el objeto se estaba aproximando al lugar donde se encontraban los testigos, los que les permitió observarlo con más detalle; parecía un inmenso balón de rugby en posición vertical. Los agentes estimaron que medía unos cuatro metros de altura con una anchura de tres. El OVNI seguía moviéndose despacio, aproximadamente a una velocidad de entre 50 y 70 km/h.
Cuando el objeto estaba a unos 150 metros de los testigos , comenzó a retroceder hacia el mar. Los agentes no salían de su asombro y tenían la sensación de que el artefacto se iba a hundir en las aguas de la bahía ante su atenta mirada. Ayudados por el equipo de visión nocturna, observaron que el agua empezaba a moverse -como si estuviera hirviendo- justo bajo el OVNI. De repente, emergió del mar otro artefacto de pequeñas dimensiones -con menos de tres metros de eslora-, que Juan comparó a un<< minúsculo submarino carente de torreta y color amarillento. Los guardias observaron sobre lo que parecía la cubierta, media docena de seres de baja estatura que se agitaban y movían persistentemente, como intentando llamar la atención.
A la mañana siguiente, al final del servicio, el cabo primero redactó para la superioridad un informe oficial de los incidentes acaecidos. El texto de apenas 14 lineas, es un resumen muy escueto del avistamiento, omitiendo los detalles más impactantes e inexplicables del mismo, porque <<si relataba todo lo que habíamos presenciado, íbamos a dar demasiada publicidad al suceso.
A día de hoy, Juan Soler no ha tenido noticia de ninguna investigación sobre el incidente por parte de la Guardia Civil u otro organismo oficial. En cualquier caso, es de agradecer la valentía, honestidad y amabilidad del informante.
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